La queja de Portnoy

El mal de Portnoy responde al patrón de la novela psicológica en la que el protagonista se identifica con el "yo narrativo" y el doctor sustenta la figura del lector. A través del libro, en un largo monólogo, el protagonista –Alexander Portnoy- narra al lector lo que le sucede y le ha sucedido a lo largo de su vida, permitiéndonos conocer su forma de pensar, de ver la vida, sus creencias religiosas (mejor, su falta de convicción religiosa), en un contexto de diferencias y aislamiento raciales, culturales y religiosos.

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Imagen de Azafrán

Philip Roth nació en 1933 en Newark (New Jersey). Estudió en la Universidad de Chicago y comenzó su carrera literaria en 1959 con la obra Good Bye Columbus. Sin embargo su obra más polémica será Portnoy’s Complaint, escrita en 1969. Su obra, en general refleja el cambio de actitud que experimentan los judíos americanos tras la segunda guerra mundial. Sus historias ejemplifican una identidad colectiva en la que la prosperidad de los años cincuenta se ve oscurecida por el recuerdo del Holocausto. Los personajes de Roth se distinguen de los de otros autores judíos por el hecho de que pueden representar el estereotipo tradicional como abandonarlo radicalmente. También muestra como los judíos pueden ser víctimas de los mismos judíos y de sus propios prejuicios. Atendiendo a todas estas características Roth puede ser situado como un autor destacado tanto en la literatura americana como en la judía.

Portnoy’s Complaint responde al patrón de la novela psicológica en la que el protagonista se identifica con el "yo narrativo" y el doctor sustenta la figura del lector. A través del libro, en un largo monólogo, el protagonista –Alexander Portnoy- narra al lector lo que le sucede y le ha sucedido a lo largo de su vida, permitiéndonos conocer su forma de pensar, de ver la vida, sus creencias religiosas (mejor, su falta de convicción religiosa), en un contexto de diferencias y aislamiento raciales, culturales y religiosos.

Al representar el personaje del doctor Spielvogel al propio lector, Philip Roth consigue que el lector se sienta involucrado en el papel de psicoanalista y por lo tanto, increpado o provocado a emitir un juicio sobre los sucesos narrados y el comportamiento del protagonista.

La mayor parte de la novela se retrotrae al pasado del narrador y existe cronología dentro de este flash-back. La mayor parte de la novela ocurre durante la infancia del personaje principal en los años 30 y posteriormente.

El estilo narrativo empleado por el autor es complejo. Utiliza frases largas que hacen que la lectura resulte ardua, frases exclamativas y preguntas retóricas que alarga el ritmo.

La historia comienza con una definición de los lamentos del personaje principal Alexander Portnoy que hunden sus raíces en su infancia y adolescencia. Dicha definición se atribuye a un psiquiatra de orientación freudiana llamado doctor O. Spielvogel. El doctor afirma que Portnoy sufre una disociación entre sus impulsos éticos y altruistas, fomentados por la educación recibida, y sus profundos deseos sexuales extremos y frecuentemente de naturaleza perversa.

Alexander Portnoy nació en una familia judía bastante estricta. Su madre es descrita como un personaje fuerte y dominante que no le deja actuar por sí mismo ni durante sus primeras etapas, ni tampoco tras su emancipación, ya como hombre maduro.
La única forma que tiene de librarse de sus orientaciones es acudiendo al cuarto de baño donde Alexander se satisface sexualmente con asiduidad. Describe a su padre como una figura bastante débil, con un trabajo poco importante, eclipsado por la madre. El estreñimiento crónico que padece el padre (única forma de captar la atención de su familia) le hace ocupar el cuarto de baño durante mucho tiempo, lo que obviamente provoca conflicto entre padre e hijo. Toda la vida familiar está en función de la educación del hijo bien dotado intelectualmente mientras que su hermana, Hannah, es sólo un personaje con el que se resalta la figura de Alexander. El objetivo primordial que persiguen la madre y el padre es el triunfo profesional y social de su hijo, substrayendo al protagonista la posibilidad de encontrar su propio modo de vida.

Alexander Portnoy llega a convertirse en un brillante abogado que trabaja en la Comisión de Derechos Humanos de la ciudad de New York. Esta organización dedica sus esfuerzos a la investigación de la discriminación oculta de la sociedad, labor que se corresponde muy bien con los ideales altruistas del protagonista. Mientras tanto, Alexandre intenta escapar de sus premisas judías saliendo con chicas "gentiles" –no judías- y manteniendo relaciones sexuales no convencionales con ellas: todo tipo de cosas que un judío de buena crianza no haría nunca. Sin embargo con todo esto no alcanza un equilibrio interno, una paz interior. Sino más bien le crea frecuentes zozobras y temores ante las enfermedades de transmisión sexual acrecentadas por el infantil temor a la castración, de base fisiológica ya que a la edad de nueve años sufrió una abducción de un testículo hacia el bajo vientre y precisó de un tratamiento de hormonas. Aunque experimentaba un deseo acorde con los principios recibidos a lo largo de su educación de casarse con una joven judía y tener una familia, la confusión en la que se encuentra no le permite aventurarse por este camino y encontrar una mujer de su propia religión.

Una de las mujeres con las que Alexander mantiene una relación será May Jane, apodada "la mona". Ella se convierte en su última amante. En cierto modo se asemeja a su madre y trata de dominarle sometiéndole a continuas amenazas de descubrir esta relación excéntrica al alcalde de New York para perjudicarle en su carrera profesional. Alexander se la lleva de viaje a Europa donde ella intenta captar su atención de una forma definitiva ofreciendo a Portnoy la posibilidad de mantener una relación de trío, trayendo a la cama a una prostituta. En Grecia Alexander decide abandonarla definitivamente y ella le amenaza con cometer suicidio. Asustado de la situación en la que se ve inmerso huye a Israel en busca de sus raíces. En Israel no se siente un extraño. Intenta recuperar su vida afectiva con una mujer soldado judía. Pronto descubre, para su desesperación que no puede mantener relaciones sexuales con ella y renace con gran turbulencia el temor a la castración y a la impotencia que es precisamente el origen de su visita al doctor Spielvogel.

El final del libro recoge la inutilidad de todo este monólogo que no le ha servido para su cura. El pide al doctor que le ayude. Y el doctor responde, tras el grito angustiado de Portnoy, que es el momento de empezar un tratamiento. Es la única intervención del doctor y se puede decir que el grito constituye, en cuanto a la forma del texto, una expresión vanguardista.

Influencias:

El realismo como modo de entender la narración está presente en numerosas descripciones que abarcan todos los momentos de la vida cotidiana.

El costumbrismo hace referencia a multitud de tradiciones judías, tanto religiosas como culturales. En cuanto a la costumbre judía de contraer matrimonio con otra persona judía queda reflejada en la situación del primo Heshie, enamorado de una "gentil" y que es sometido a un bombardeo de ideas por parte de los miembros de la familia, del jefe de la sinagoga, y, ante su firmeza a una treta por parte de su padre.

La costumbre de acudir a la sinagoga vestidos elegantemente queda reflejada en el momento en que Alexander se niega a asistir o al menos a vestirse de forma diferente a la habitual.

El determinismo como concreción del naturalismo está presente en la forma que tiene el autor de justificar el nihilismo al que se ve avocado Portnoy. Todo parece conspirar para conformar un joven cuya sexualidad física y sus condicionamiento familiares y más tarde sociales le van a impedir alcanzar un equilibrio entre sus capacidades intelectuales superdotadas y su voluntad. Será un ser dominado por una sexualidad enfermiza; un ser atemorizado por la posibilidad de contraer enfermedades derivadas de sus deformadas actividades sexuales.

Las descripciones de momentos de confusión mental, de clara conciencia del bien o del mal y todo el proceso que sigue el autor a lo largo del libro de auto psicoanálisis se puede considerar como contribuciones modernistas al estilo narrativo. Las raíces de esta corriente se hunden en la literatura del siglo XIX

En Portnoy’s Complaint esos momentos de crisis abundan y son resueltos mediante compensaciones de autosatisfacción sexual como remedio a su ansiedad a lo largo de toda su adolescencia. Alexander muestra repetidamente su confusión ante estas reacciones, e incluso ante las reacciones de los miembros de su familia en la convivencia de la vida diaria, pero que a él le generan una gran tensión vital:
Estas conductas no entendidas en su infancia y generadoras de desequilibrios internos en su confusión mental son las causas apuntadas a lo largo de toda la obra como justificaciones posibles a su desequilibrio sexual ulterior.

La presión social en Portnoy’s Complaint condensa su fuerza a la hora de presentar el padre de Alenxander cuya principal característica física es un manifiesto padecimiento de estreñimiento. Un trabajador que trabaja "como una mula" en una empresa de seguros llamada "Mayflower", quedando así definida como una empresa conquistadora de mercados alejados e inhóspitos como las tierra vírgenes a las que llegaron los primeros peregrinos en busca de su paraíso nunca encontrado, y en la que se premia todo su afán por conseguir mayores ventas con un retrato del jefe para ver su imagen también en su propio hogar. Un padre decepcionado que recomienda a su hijo que no se busque la belleza y el amor a la hora de buscar pareja para su matrimonio, sino que ponga en primer lugar la riqueza.

Volviendo al joven Portnoy encontramos situaciones bastantes surrealistas, poco razonables. Así durante toda su infancia se ve frecuentemente amenazado con un cuchillo por su madre ante sus reiteradas negativas a la comida. A nadie de su entorno parece preocuparle las amenazas de la joven madre al hijo.

Por otra parte el hábito de de su madre de desnudarse delante del niño y después del joven, parece provocan conflictos internos, un rechazo a no humillar a su padre con el deseo de su madre.

Portnoy parece manifestar dificultades en su aceptación de las diferencias raciales. No es que la sociedad rechace a los judíos a priori. Pueden darse algunas divergencias. Es que los judíos considerar a los demás blancos como inferiores y mucho más a los negros. Por ejemplo cuando habla del trabajo de su padre proyecta sobre los componentes de la comunidad negra su desprecio al considerarles seres egoístas incapaces de prever dificultades para sus familias en el caso de que ellos falleciesen. Les considera menos cultos, más groseros. De su escisión mental de la sociedad que les rodea y del desprecio que sienten hacia ella proviene su determinación de contraer matrimonio sólo con mujeres judías. A veces sufren la reacción de la sociedad que se siente menospreciada y se producen reacciones antisemitas, lo que suele terminar en movimientos de población que les lleva a concentrarse en determinadas zonas. En el caso de la infancia de Portnoy, los problemas en la escuela de su hermana llevaron a la familia a trasladarse de Jersey City a New York.

Portnoy ha caminado durante su adolescencia por el sendero de la locura. Ahora él es consciente y desea una curación. Quizás sea el deseo de cordura el principio de la curación.

Es una novela no recomendable.