Las aguas de Manhattan

Cuando en 1930 Charkes Reznikoff publicó Las aguas de Manhattan, el canon literario estadounidense estaba ya cerrado y parecía indiferente a las aportaciones de los últimos llegados a la tierra de las oportunidades. Que el estilo de su autor fuera engañosamente sencillo e influido por la cadencia del yidis y la Torá solo hizo que resultase aún más fácil ignorarlo. Sin embargo, el tiempo demostraría que su novela es, junto a Llámalo sueño de Henry Roth, el otro gran pilar de la literatura judía en lengua inglesa, que figuras como Saul Bellow o Bernard Malamud se encargarían de afianzar. 

Participando a la vez de la saga familiar y del Bildungsroman, la historia se presenta bajo la forma de un díptico bien diferenciado: en su primera parte, se narran los esfuerzos de la tenaz Sarah Yetta por salir adelante en una empobrecida comunidad de la Rusia zarista hasta que consiga emigrar a Nueva York en pos de una vida mejor; la segunda detalla los desvelos de su soñador hijo Ezekiel, quien, nacido ya en el Nuevo Mundo, lucha a su vez por abrirse camino en una ciudad tan despiadada como fascinante.

Historia de una familia judía que emigra de Rusia a Estados Unidos a principios del siglo XX.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2018 Ediciones Siruela
205
978-84-17308-03

Edición cuidada, buena traducción del inglés de Eugenia Vázquez Nacarino.

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Imagen de cattus

Esta novela se publicó en Estados Unidos en 1930, se traduce ahora al castellano. La primera parte transcurre en Rusia, sobre todo. Se narran las vicisitudes de una familia judía para sobrevivir en condiciones muy duras: la solidaridad, la lealtad, el amor entre padres, hermanos y otros parientes están muy bien descritos y destaca la figura de Sarah Yetta, la hija, que renuncia a su ilusión por estudiar, para poder ayudar a sus padres a sacar adelante a los suyos. Al morir el padre, consigue emigrar a Estados Unidos, donde se instala y forma su propia familia, con ilusión y mucha abnegación. La segunda parte discurre en Nueva York, que es también protagonista de la historia, y se centra en Ezekiel, uno de los hijos de Sarah, que trata de salir adelante como librero, en una sociedad muy competitiva. El cambio generacional y de ambiente se nota, se enfrían un poco la fidelidad a las tradiciones y a la unidad familiar, hay cierto desencanto existencial... Por esto, la relación de Ezekiel con Jane, otra judía, carece del compromiso que se aprecia en sus padres y abuelos. Buena novela sobre la emigración de judíos a Estados Unidos a finales del siglo XIX y comienzos del XX, escrita con sencillez y ecos del lenguaje del Talmud, de los Salmos.