Mero cristianismo

Con su habitual profundidad y agudeza, Lewis expone aquí la fe que ha sido común a los cristianos de todos los tiempos, con la intención de destacar lo mucho que comparten las confesiones cristianas, frente a lo que hoy las separa

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2005 Rialp
233
978-84-321-3077-X

4ª edición

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Resulta peculiar que un profesor de Literatura imparta clases de Teología por la radio, pero es el caso de C.S.Lewis. El autor, perteneciente a la Iglesia anglicana, había abandonado la fe en su juventud y la recuperó en la madurez. En los años 1942, 1943 y 1944 -en plena Guerra Mundial- Lewis pronunció alocuciones breves en la BBC sobre los rudimentos de la fe cristiana. En la primera expone los argumentos a favor de la fe, en la segunda la moral o comportamiento cristiano y en la tercera trata sobre la Santísima Trinidad, la vida espiritual, la filiación divina y la cristificación del creyente. Posteriormente publicaría todas ellas en un libro que tituló Mero cristianismo: aquello que habían creído los cristianos de todos los tiempos.

Lewis había estudiado filosofía por lo que no siempre es fácil seguirle. No obstante, si extractamos el texto reduciéndolo a sus ideas principales, resulta cristiano e iluminador. Los libros I y II -Claves para comprender el Universo y Lo que creen los cristianos- tienen carácter más especulativo y abstracto, mientras que los libros III y IV -Comportamiento cristiano y Primeros pasos en la doctrina sobre la Trinidad- son más sistemáticos y comprensibles.

Al tratar sobre el comportamiento del cristiano el autor se extiende sobre la moral sexual y el matrimonio -¡en 1943!-. Es algo de lo que en España no se  hablaría hasta veinte años más tarde: la revolución sexual, anticoncepción, amor, enamoramiento y sexo. El autor llega a las siguientes conclusiones: a) El centro de la moral no es el sexo sino la caridad (pág.117). b) "¿Hasta qué punto deberían los cristianos imponer sus opiniones sobre el matrimonio al resto de la comunidad civil?". El autor responde negativamente y lo compara a "si los musulmanes intentaran que los demás no bebieran vino". Finalmente afirma que "la mayoría de los ingleses no son cristianos -¡en 1943!- y no se puede esperar que vivan vidas cristianas" (pág.127). Es duro leerlo, pero más vale ser realista que engañarse.

La pregunta sigue estando vigente. Si Lewis menciona la indisolubilidad matrimonial y la anticoncepción, posteriormente se ha formulado la misma pregunta respecto del aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la reproducción in vitro, la eutanasia y otras cuestiones de moral natural: ¿Pueden los cristianos oponerse a su aprobación? Sabemos que Moisés autorizó a los judíos a repudiar a sus esposas por la dureza de sus corazones (Mt.19,3). Hoy, la dureza de los corazones lleva a aprobar nuevas medidas contrarias a la justicia y a la ley natural, es posible que los cristianos no puedan impedirlo pero tampoco deben callarlo, proclamar que son perjudiciales para los hombres y la sociedad en su conjunto.

Cuando el autor trata en el libro IV sobre la Santísima Trinidad no se separa de la doctrina cristiana. Es especialmente iluminador lo que explica sobre la vida espiritual o sobrenatural y exigente en lo que se refiere a la santidad y a la cristificación del creyente. Al leerlo nos parece estar escuchando aquella exclamación de los judíos: "Duras son estas palabras ¿quién podrá escucharlas?" (Io.6,60). Es dura la llamada a renunciar a uno mismo y a los deseos naturales para abandonarse en las manos de Dios y hacerse otro con Cristo.

Pienso que el libro es adecuado para lectores con un determinado nivel de formación intelectual y religiosa.