Monseñor Quijote

Un sacerdote, el párroco de El Toboso de La Mancha, y el ex-alcalde comunista de la localidad emprenden un viaje que imita al que hicieron Don Quijote y Sancho en la obra de Cervantes. El sacerdote es Quijote de apellido y el ex-alcalde responde al apodo de Sancho. Viajan en un Seat 850 de segunda mano al que por broma llaman Rocinante. Ha muerto Franco, pero el comunista conserva el miedo a la Guardia Civil y monseñor Quijote a su Obispo.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1989 Seix Barral
222
84-322-3066-9

Original de 1982.

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Hay novelas sobre sacerdotes y novelas sobre comunistas. Incluso las hay que incorporan a un sacerdote y a un comunista simultaneamente, como es el caso del sacerdote Don Camilo y el alcalde comunista Pepone en la obra de Giovanni Guareschi. Esta coincidencia se vuelve a dar en "Monseñor Quijote": un sacerdote y el ex-alcalde comunista Sancho están en crisis y deciden emprender un viaje juntos. El sacerdote ha caido en desgracia ante su Obispo y Sancho ha perdido las elecciones. Se trata de una novela de humor un poco cruel.

La diferencia entre "Monseñor Quijote" y otras novelas de sacerdotes reside en que en ésta se hace un planteamiento de la incredulidad, de la duda, que llega a contagiar al sacerdote. Grahan Greene se convirtió al catolicismo en su época de estudiante en Oxford. A través de uno de los personajes de la novela afirma que fue Descartes quien le llevó a la fe católica: "Quería ponerlo todo en duda -escribe- y había aceptado lo que le pareció más próximo a la verdad" (pág.205). No parece una gran preparación para la fe.

Por su parte el ex-alcalde comunista recuerda: "Una vez, de joven, creí parcialmente en Dios y todavía persiste un poco de aquella superstición. Me asustan los misterios y prefiero Marx al misterio" (pág.221). Afirma que la certeza es signo de inmovilidad, de muerte, en tanto que la duda es vida. Sin embargo sólo aplica este principio a las creencias religiosas, ya que se aferra a las verdades pretendidamente científicas del comunismo.

El ex-alcalde hace multitud de bromas sobre la fe y la iglesia católica, y plantea al sacerdote aporías del tipo de la que plantearon los saduceos a Jesús, en el evangelio de San Lucas, sobre siete hermanos que habían estado casados sucesivamente con la misma mujer (Lc.20,33). La novela recuerda al relativismo de la época en la que fue escrita e incluso el agnosticismo fácil de nuestros días. Lo que podría ser una novela original y simpática termina resultando desagradable para el lector que no participa de esos relativismo y agnosticismo.