Ropero de la infancia

Un puertofranco, una ciudad que probablemente esté en el Mediterráneo y que acaso pudiera ser Tánger. Pasan los tranvías y aprieta el calor, que ahuyenta a la gente de las calles. Jimmy Sarano vive allí un exilio voluntario. Escribe folletines para Radio Mundial, un nombre pomposo para una emisora modesta. Y su vida transcurr e monótona: espía al vecino de enfrente, se cruza con otros exiliados... Hasta que un día, tras la cristalera de un café, descubre a una chica cuyo rostro le recuerda a alguien que conoció en París. Ese alguien era una niña, hija de una actriz de teatro de variedades de la que el protagonista se enamoró siendo adolescente. Y la memoria regresa a la zona golfa de Pigalle y al accidente automovilístico que precipitó su huida al sur. Y sabremos que Jimmy Sarano se llamaba Jean Moreno, escribía novelas y tuvo otra vida... Por las páginas de este libro asoman personajes–la americana muerta, el chófer guardaespaldas...–y escenarios–cafés, habitaciones de hotel, viejos teatros–que son fantasmagóricas piezas del rompecabezas de la memoria. Modiano en estado puro, una narración en la que aparentemente apenas sucede nada, pero en cuyas entrañas se esconde un thriller, un drama existencial, una historia de amor, la evocación de los demonios del pasado...

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2015 Anagrama
136
978-84-339-7933
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Imagen de acabrero

El paso lento del tiempo, el vacío del sinsentido. La impresión triste del exiliado, del desterrado por la propia culpa. Es como si alguien se hubiera librado de la cárcel huyendo, y se encuentra, pasado el tiempo, en otra cárcel, del olvido. El autor consigue transmitir la angustia, esa angustia que los desplazados llevan muy dentro, sin querer transmitirla, hasta que un buen día salta, porque no aguantan más. Sentimientos escondidos. Tienen algo que ocultar y ocultarse es el único sentido. Consigue el autor mantener una intriga y un ritmo adecuado, y al final la soledad de quien se oculta.