la belleza

¿Qué puede decir un Lord Canciller de Inglaterra en el s. XVI sobre el amor, el vino, los tiranos, el uso de la riqueza, el afecto familiar, las esposas y las amantes, la virtud, el placer, la poesía, la belleza, la estupidez humana, la amistad, la felicidad, la vida y la muerte...? ¿Hasta qué punto es capaz de tratar temas tan diversos con humor agudo, con oportunidad, con ternura? Las respuestas se obtienen al adentrarse en este libro, obra de uno de los más grandes humanistas ingleses, Tomás Moro (1478-1535).

Poemario en forma de diario de un año de la vida del autor.

Caída hacia la luz (Notas de un diario) revela, de modo cronológico y mediante flashes emocionales, el itinerario de una relación amorosa. Con un lenguaje sugerente, reflexiona sobre la aprehensión de la belleza, el hecho de la escritura poética o el gozo de vivir.
El paradójico título -extraído del último poema- muestra la profundidad de su contenido: algunas caídas no llevan a la oscuridad, sino a una luz tal que da sentido a lo invisible, envolviéndolo con su claridad, su intensidad y su constancia.

El mundo de Eloy Sánchez Rosillo es casi siempre el que se fue, el que ha conocido y se le ha escapado, dejándole un recuerdo imborrable de felicidad (pero no la felicidad).
 

La obra reúne cinco breves ensayos en los que la autora parte de experiencias autobiográficas para reflexionar sobre el sentido de la vida, la verdad y la belleza. La necesidad del silencio para la maduración interior y la observación del entorno para entender el significado del ser humano, el misterio del dolor y la sed de paz inspiran el conjunto de pensamientos encerrados en estas páginas, expresados a través de un estilo sencillo y poético que revela intensa elaboración para llegar a una significación muy precisa y concreta.

Es una recreación bastante original del mito clásico de Psique. Psique es la pequeña de tres hermanas y de ella se enamora Cupido, que la toma por esposa. Por envidia, las hermanas de Psique acaban consiguiendo que Psique caiga en desgracia ante los dioses y, sólo tras grandes sufrimientos, es rehabilitada y ensalzada.

"Ni siquiera en unas historias tan racionalistas como las de Rouletabille eludió Leroux los aspectos misteriosos y fantasmales de la trama. Le faltaba un teatro y un fantasma para cerrar el círculo. El primero lo encontró en un edificio de Ópera imposible; el segundo, en un tenebroso personaje, atormentado al mismo tiempo por la deformidad y la hermosura: la fealdad de su propio rostro y la pasión por la belleza, encarnada en la música y en una joven cantante.

El autor, que enseña teología dogmática en Roma, analiza los temas estéticos no desde la concepción cristiana del mundo, sino como una vía de aproximación a Dios. No se trata tanto de la belleza «desde», sino de la belleza «hacia». En cuanto glosa ascética es un libro asequible y sugestivo.