pena de muerte

Final de la Segunda Guerra Mundial, uno de los capitostes del nazismo, Ernst Kaltenbrunner, intenta refugiarse en los alpes austríacos de la región de Salzkammergut, donde vivió, a la espera de que la situación se pacifique, pero será denunciado, detenido y condenado a muerte en Nuremberg. Magnífico relato en el que la descripción de la naturaleza y las reflexiones del protagonista sobre su pasado, sus planes para librarse de la condena previsible..., están magníficamente expresadas.

Travis Boyette, ex preso en libertad condicional, se presenta en la iglesia de St. Marks para confesarse por las agresiones sexuales y violaciones que ha cometido a lo largo de su vida. Tiene un tumor cerebral y le quedan pocos meses. Pero para limpiar su alma, Travis debe confesar también un crimen por el cual nunca fue condenado: el asesinato de una chica blanca años atrás. En su lugar, un negro espera en el corredor de la muerte su ejecución por dicho homicidio. A pocas horas de que se cumpla la pena, el verdadero autor del delito decide confesar a las autoridades.

Basándose en una historia real, John Grisham se adentra en la vida de un hombre condenado injustamente a la pena de muerte: Ronald Keith Williamson, acusado de asesinar a una mujer. Tras doce años de prisión, cinco días antes dela fecha en que debía ser ajusticiado sus abogados logran demostrar su inocencia.

Este ensayo se inicia con un recuerdo personal del autor: el profundo desagrado que la ejecución de un condenado causó en su padre y que provocó su rechazo por la pena de muerte. Con una buena argumentación, el autor equipara las ejecuciones sumarias en Francia con las que tuvieron lugar durante la ocupación nazi.

En 1955, Koestler encabezó en Gran Bretaña una campaña a favor de la abolición de la pena de muerte. En este ensayo, el escritor analiza los antecedentes y el estado del problema en Inglaterra. Su interés se relaciona directamente con la experiencia que sufrió en las cárceles de Franco en 1937, cuando estuvo a punto de ser ejecutado.