Coelho, Paulo

Los libros del escritor brasileño Paulo Coelho (Río de Janeiro, 1947) se han traducido a 56 idiomas, se han publicado en más de ciento cincuenta países y han vendido más de 43 millones de ejemplares. Coelho no es un escritor más: su influencia excede el ámbito literario y se ha convertido para muchos lectores en una referencia espiritual y existencial, algo así como una mezcla de gurú, psicólogo y analista de los problemas de nuestro tiempo. Sus novelas se sitúan en la órbita de la New Age, manejando un cóctel de anhelos vagamente espirituales y sincréticos con referencias a cuestiones de actualidad, válidas para lectores de todas las latitudes. ///CARTA en Alfa y Omega de 8.II.01 sobre Paulo Coelho
Me he llevado un buen chasco al creer que un escritor era cristiano, en lo religioso, por estar vendiéndose en una librería religiosa de aquí, y encontrarme con que es todo lo contrario, aunque más bien lo que ocurre es que es sólo de sí mismo. Se trata de Paulo Coelho, que se lee con gusto y hasta está lleno de referencias bíblicas y evangélicas que circulan de un modo u otro por sus páginas. Pero... mete a veces algunas pinceladas malignas contra la Iglesia o el Seminario (haciendo sospechar que quizá fue seminarista alguna vez).

Ya en el primer libro suyo que leí, habla de un chico a quien sus padres querían llevar al Seminario y él, se negó dedicándose a buscar a Dios a su modo aventurero, a lo cual dice el autor: ¿A quién se le ocurre buscar a Dios en un Seminario? En otra novela, "Junto al Río Piedras me senté y lloré", llega más lejos, pues saca del Seminario a un chico ya maduro, de 30 años, y lo pone a prueba saliendo unos días con una chica de su pueblo enamorada de él. Sostiene esa situación en la cuerda floja, que yo siempre creí -al haber comprado el libro en la librería religiosa- que triunfaría su vocación sacerdotal, pero no; hace la labor más demoledora, haciendo ver que lo bueno es el amor humano (que, más que amor, es simplemente sexo), con una crudeza de escenas horrible.

Yo quisiera que nadie más se sintiera estafado como yo, y ver la forma de evitar que esos libros se exhiban entre los grandes autores religiosos y místicos y en una librería donde cabe esperar lo que corresponde a su título de religiosa.

Julia Estevan. Almería