De manera magistral, mediante la reducción al absurdo de un reality show llevado al extremo, la autora nos pone frente a nuestras miserias: el enfermizo y malsano interés por las vidas ajenas en el que a veces parece refocilarse nuestra sociedad. Esta novela me había creado tantas expectativas que esperaba una mayor calidad en la prosa, pero quizás sea la traducción.
Amélie Nothomb es una escritora belga, de habla francesa, que ocupa un puesto singular entre los escritores de su generación por su formación cosmopolita, por su originalidad y por sus temas, con frecuencia extremos. Durante sus estancias en numerosos países de Asia y África ha conocido la pobreza y la guerra, temas recurrentes en sus obras.
Ácido sulfúrico es un relato breve, crudo, que contiene una crítica durísima de la sociedad actual, tomando como tema los reality shows que siguen millones de espectadores de todas las edades y en todos los países. Una cadena televisiva crea un nuevo formato de reality, con el nombre Concentración. Se trata de reproducir la situación a que se ven sometidos los prisioneros de un campo de concentración y sus kapos. Para ello se reclutan participantes, sin posibilidad de réplica. Los prisioneros viven desde el comienzo una situación similar a las deportaciones de judíos en los años 30 y 40 del siglo pasado, con transporte en vagones de ganado, confinamiento, trabajos forzados y muy escasa alimentación. Una diferencia significativa: el campo está plagado de cámaras que emiten en directo o en diferido. Los kapos, voluntarios, reciben un pago por su participación y tienen vía libre para comportarse como quieran, siempre que se atengan a las indicaciones de la dirección del programa, que controla en tiempo real la cuota y las reacciones de la audiencia. Cada día, los kapos eligen dos prisioneros, que son excluidos del campo para, supuestamente, ser ejecutados. La novela se centra en dos personas: la prisionera Pannonique, joven y guapa, y la guardia Zdena, que en la vida real nunca ha tenido éxito en todo lo que ha intentado. La audiencia aumenta exponencialmente, llegando incluso a contar con la totalidad de la población en un momento determinado.
El relato es corto, si bien el tema da pie de sobra para extenderse en la narración, añadiendo detalles morbosos. Pienso que la autora ha querido ser escueta para no ser causa y motivo de un cierto voyeurismo, no del todo diferente al que se condena en la novela.
Excelente relato, que debía imponerse como lectura obligatoria a todos los televidentes.
Novela Surrealésta . Recrea reality show extremo para aleccionar al lector de la porquería moral que suponen estos modos de presentar la vida. No tiene escenas ni descripciones desagradables.Pero no es un libro de entretenimiento: es de los que te golpean el estómago al leerlo.
Se debe leer despacio para comprneder las consideraciones profundas sobre el hombre el bien y el mal
-No me entretuvo especialmente
La lectura de estas 166 páginas no deja indiferente. Precisamente es ese su objetivo: despabilar al lector, al espectador de una realidad dura. Cada día asistimos a enormes injusticias que acaban con vidas de seres humanos a través de ese gran ojo que todo lo ve: la televisión. No tenemos excusa. La eximente de la ignorancia nunca podrá servirnos de coartada. Todo lo vemos y nada nos conmueve suficientemente como para hacer el menor gesto. Dejamos que las injusticias sigan su proceso de dolor y muerte.
La protagonista de este relato, Pannonique, está delante del ojo. Es ella la que sufre los horrores del hambre, el secuestro, la esclavitud, el castigo físico y el desprecio moral… Ella, Pannonique, luchará contra la injusticia, primero, en lo más profundo de su ser. Se sobrepondrá a ese trato injusto. El lector asiste al proceso interior de rebeldía contra el trato inhumano y el efecto que causa esa lucha personal en sus compañeros de cautiverio: todos tratarán de imitar su forma de mantener la dignidad frente a tan gran adversidad.
Pero imitar puede tener el inconveniente de no llegar a entender la postura en su raíz y por tanto, Pannonique tendrá que sufrir, además, la incomprensión de aquellos a quienes intenta ayudar con todas sus fuerzas: la incomprensión de los "buenos". En las situaciones verdaderamente difíciles es cuando se aprecia la calidad del ser humano. Frente a una amenaza de muerte, el que sigue manteniendo sus ideales será el hombre - o la mujer- auténtico.
No aceptar el chantaje cuando depende de ello la propia vida y la de otros, demuestra mucha entereza. Y mantener los ideales, las formas de
conducta que nos parecen correctas, cuando todos a nuestro alrededor –incluso los más próximos- no lo consideran grave, puede demostrar un exquisito sentido del deber y una voluntad de acero.
Encontrar una persona así a nuestro lado puede ser un revulsivo para las conciencias adormecidas por una vida fácil que sólo pretende satisfacer sus instintos con situaciones placenteras. Porque siempre hay quienes, en el fondo, saben que merece la pena otra forma de vida más íntegra, aunque conlleve situaciones complicadas.
Se trata de una breve e intensa novela, muy bien construida, que pide ser leída de un tirón. Los protagonistas están bien caracterizados.
Es muy positiva la feroz crítica de muchos elementos de nuestra anestesiada cultura occidental. Se echa de menos la apertura a la trascendencia (que tampoco se niega formalmente).
Es uno de los últimos libros que he leído, y me ha parecido inquietante. En mi cuaderno le he puesto una C, que significa que me ha gustado, pero no mata.
A lo dicho anteriormente, con lo que estoy plenamente de acuerdo, añadiría que los personajes centrales de la historia - Zdna y Pannonique- asumen tal protagonismo que llegan hasta el punto de rebajar la crítica social dirigida hacia los espectadores de los programas "reality". Por otra parte, no es creible que Pannonique pueda actuar como lo hace sin una apertura a la trascendente. El juego que hace con ella misma a ser dios, podría haber sido aprovechado de otra manera. Demasiado relativista
Poco que añadir a los comentarios precedentes. Me prestaron el libro sin previo aviso: lo dejaron sobre mi mesa con la misiva "que lo leas, por favor". Impresionante. Desde la primera página "enganchada". Creo que toca casi todos los temas que considero sustanciales para aproximarse a la ética. Las reflexiones morales y éticas están transidas de relativismo cultural, resulta difícil apelar a el radical "naturaleza humana" más allá de la circunstancia. Aquí se hace indudable: hay acciones que son "absolutamente malas", nunca excusables, nunca justificables, nunca medios legítimos para ningún fin. Un comentario más: como en casi todos los libros en los que la argumentación discurre de modo "realista" -aunque esto sea una ficción- por el mundo nazi, es duro; creo que llega a encoger el corazón, por eso, lo recomendaría a mayores de 16 años con algo de inquietud intelectual.
Había leído ya algunas cosas de Nothomb, y me habían gustado. Pero he de reconocer que no esperaba tanto de ella. Esta obra es única. Cierto que ya ha buscado la crítica social en otras ocasiones, pero el acierto con que escribe en esta es inmenso. Es un libro que sólo puede escribir un autor ya consagrado. Si no es Amélie Nothomb este libro no se publica. Dejando a parte el hecho de que escribe muy bien. Esta historia es tremendamente crítica con el sistema. Me refiero al sistema capitalista occidental donde lo que manda es el marketing, y donde la dignidad de la persona no cuenta para nada. En este libro emerge una redención de la persona, de su trascendencia, con unos trazos seguros, valientes, sin dudas. Parece increíble que en una novela breve se puedan decir tantas cosas en defensa de la Humanidad oprimida. Tantas cosas que lo leeré otra vez despacio, antes de proponerlo para uno de mis debates en la universidad, porque las posibilidades son muchas. Lo recomiendo vivamente. Para todos los públicos. Alguien habrá que piense que es una exageración, pero al acabar el libro y verlo en su conjunto no queda ninguna duda. Sale ganando la persona. No pasa nada porque al principio uno piense que no podría llegar a darse nunca ese fenómeno. El envoltorio es una ficción, pero no hay nada tan real en nuestra sociedad como el fondo de lo que se cuenta.
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De manera magistral, mediante
De manera magistral, mediante la reducción al absurdo de un reality show llevado al extremo, la autora nos pone frente a nuestras miserias: el enfermizo y malsano interés por las vidas ajenas en el que a veces parece refocilarse nuestra sociedad. Esta novela me había creado tantas expectativas que esperaba una mayor calidad en la prosa, pero quizás sea la traducción.
Amélie Nothomb es una
Amélie Nothomb es una escritora belga, de habla francesa, que ocupa un puesto singular entre los escritores de su generación por su formación cosmopolita, por su originalidad y por sus temas, con frecuencia extremos. Durante sus estancias en numerosos países de Asia y África ha conocido la pobreza y la guerra, temas recurrentes en sus obras.
Ácido sulfúrico es un relato breve, crudo, que contiene una crítica durísima de la sociedad actual, tomando como tema los reality shows que siguen millones de espectadores de todas las edades y en todos los países. Una cadena televisiva crea un nuevo formato de reality, con el nombre Concentración. Se trata de reproducir la situación a que se ven sometidos los prisioneros de un campo de concentración y sus kapos. Para ello se reclutan participantes, sin posibilidad de réplica. Los prisioneros viven desde el comienzo una situación similar a las deportaciones de judíos en los años 30 y 40 del siglo pasado, con transporte en vagones de ganado, confinamiento, trabajos forzados y muy escasa alimentación. Una diferencia significativa: el campo está plagado de cámaras que emiten en directo o en diferido. Los kapos, voluntarios, reciben un pago por su participación y tienen vía libre para comportarse como quieran, siempre que se atengan a las indicaciones de la dirección del programa, que controla en tiempo real la cuota y las reacciones de la audiencia. Cada día, los kapos eligen dos prisioneros, que son excluidos del campo para, supuestamente, ser ejecutados. La novela se centra en dos personas: la prisionera Pannonique, joven y guapa, y la guardia Zdena, que en la vida real nunca ha tenido éxito en todo lo que ha intentado. La audiencia aumenta exponencialmente, llegando incluso a contar con la totalidad de la población en un momento determinado.
El relato es corto, si bien el tema da pie de sobra para extenderse en la narración, añadiendo detalles morbosos. Pienso que la autora ha querido ser escueta para no ser causa y motivo de un cierto voyeurismo, no del todo diferente al que se condena en la novela.
Excelente relato, que debía imponerse como lectura obligatoria a todos los televidentes.
Novela Surrealésta . Recrea
Novela Surrealésta . Recrea reality show extremo para aleccionar al lector de la porquería moral que suponen estos modos de presentar la vida. No tiene escenas ni descripciones desagradables.Pero no es un libro de entretenimiento: es de los que te golpean el estómago al leerlo.
Se debe leer despacio para comprneder las consideraciones profundas sobre el hombre el bien y el mal
-No me entretuvo especialmente
La lectura de estas 166
La lectura de estas 166 páginas no deja indiferente. Precisamente es ese su objetivo: despabilar al lector, al espectador de una realidad dura. Cada día asistimos a enormes injusticias que acaban con vidas de seres humanos a través de ese gran ojo que todo lo ve: la televisión. No tenemos excusa. La eximente de la ignorancia nunca podrá servirnos de coartada. Todo lo vemos y nada nos conmueve suficientemente como para hacer el menor gesto. Dejamos que las injusticias sigan su proceso de dolor y muerte.
La protagonista de este relato, Pannonique, está delante del ojo. Es ella la que sufre los horrores del hambre, el secuestro, la esclavitud, el castigo físico y el desprecio moral… Ella, Pannonique, luchará contra la injusticia, primero, en lo más profundo de su ser. Se sobrepondrá a ese trato injusto. El lector asiste al proceso interior de rebeldía contra el trato inhumano y el efecto que causa esa lucha personal en sus compañeros de cautiverio: todos tratarán de imitar su forma de mantener la dignidad frente a tan gran adversidad.
Pero imitar puede tener el inconveniente de no llegar a entender la postura en su raíz y por tanto, Pannonique tendrá que sufrir, además, la incomprensión de aquellos a quienes intenta ayudar con todas sus fuerzas: la incomprensión de los "buenos". En las situaciones verdaderamente difíciles es cuando se aprecia la calidad del ser humano. Frente a una amenaza de muerte, el que sigue manteniendo sus ideales será el hombre - o la mujer- auténtico.
No aceptar el chantaje cuando depende de ello la propia vida y la de otros, demuestra mucha entereza. Y mantener los ideales, las formas de
conducta que nos parecen correctas, cuando todos a nuestro alrededor –incluso los más próximos- no lo consideran grave, puede demostrar un exquisito sentido del deber y una voluntad de acero.
Encontrar una persona así a nuestro lado puede ser un revulsivo para las conciencias adormecidas por una vida fácil que sólo pretende satisfacer sus instintos con situaciones placenteras. Porque siempre hay quienes, en el fondo, saben que merece la pena otra forma de vida más íntegra, aunque conlleve situaciones complicadas.
Se trata de una breve e intensa novela, muy bien construida, que pide ser leída de un tirón. Los protagonistas están bien caracterizados.
Es muy positiva la feroz crítica de muchos elementos de nuestra anestesiada cultura occidental. Se echa de menos la apertura a la trascendencia (que tampoco se niega formalmente).
Es uno de los últimos libros que he leído, y me ha parecido inquietante. En mi cuaderno le he puesto una C, que significa que me ha gustado, pero no mata.
A lo dicho anteriormente, con lo que estoy plenamente de acuerdo, añadiría que los personajes centrales de la historia - Zdna y Pannonique- asumen tal protagonismo que llegan hasta el punto de rebajar la crítica social dirigida hacia los espectadores de los programas "reality". Por otra parte, no es creible que Pannonique pueda actuar como lo hace sin una apertura a la trascendente. El juego que hace con ella misma a ser dios, podría haber sido aprovechado de otra manera. Demasiado relativista
Poco que añadir a los comentarios precedentes. Me prestaron el libro sin previo aviso: lo dejaron sobre mi mesa con la misiva "que lo leas, por favor". Impresionante. Desde la primera página "enganchada". Creo que toca casi todos los temas que considero sustanciales para aproximarse a la ética. Las reflexiones morales y éticas están transidas de relativismo cultural, resulta difícil apelar a el radical "naturaleza humana" más allá de la circunstancia. Aquí se hace indudable: hay acciones que son "absolutamente malas", nunca excusables, nunca justificables, nunca medios legítimos para ningún fin. Un comentario más: como en casi todos los libros en los que la argumentación discurre de modo "realista" -aunque esto sea una ficción- por el mundo nazi, es duro; creo que llega a encoger el corazón, por eso, lo recomendaría a mayores de 16 años con algo de inquietud intelectual.
Había leído ya algunas cosas de Nothomb, y me habían gustado. Pero he de reconocer que no esperaba tanto de ella. Esta obra es única. Cierto que ya ha buscado la crítica social en otras ocasiones, pero el acierto con que escribe en esta es inmenso. Es un libro que sólo puede escribir un autor ya consagrado. Si no es Amélie Nothomb este libro no se publica. Dejando a parte el hecho de que escribe muy bien. Esta historia es tremendamente crítica con el sistema. Me refiero al sistema capitalista occidental donde lo que manda es el marketing, y donde la dignidad de la persona no cuenta para nada. En este libro emerge una redención de la persona, de su trascendencia, con unos trazos seguros, valientes, sin dudas. Parece increíble que en una novela breve se puedan decir tantas cosas en defensa de la Humanidad oprimida. Tantas cosas que lo leeré otra vez despacio, antes de proponerlo para uno de mis debates en la universidad, porque las posibilidades son muchas. Lo recomiendo vivamente. Para todos los públicos. Alguien habrá que piense que es una exageración, pero al acabar el libro y verlo en su conjunto no queda ninguna duda. Sale ganando la persona. No pasa nada porque al principio uno piense que no podría llegar a darse nunca ese fenómeno. El envoltorio es una ficción, pero no hay nada tan real en nuestra sociedad como el fondo de lo que se cuenta.