Después de superar las visicitudes relatads en este libro, Joseph Fadelle llegó a Francia con su familia en el años 2001, donde reside desde entonces. En la actualidad goza de la ciudadanía francesa.
Mohamed, el heredero de una familia noble iraquí, comparte habitación con un cristiano durante la guerra. Al cristiano no le correspondía estar allí pues era de edad avanzada pero un error administrativo le mantuvo en el frente durante nueve meses. Mohamed llegó lleno de prejuicios en contra de los cristianos pero en esa convivencia estrecha descubrió, poco a poco, el significado de la fe en Cristo. Su compañero cristiano reusaba darle a conocer su fe porque sabía que eso supondría la muerte para Mohamed habida cuenta de la reacción de los musulmanes en lo referente al abandono de la fe musulmana.
Pero Mohamed insiste y sigue todas las indicaciones de su compañero cristiano quien le pide que en primer lugar lea en profundidad el Corán. La lectura del libro sagrado para los musulmanes le plantea serias dudas sobre el concepto que allí queda manifiesto del trato y condición de la mujer, sobre la vida personal de su profeta quien se casa con una niña de siete años y toma como esposa a la esposa de su hijo adoptivo, etc. Mohamed visita a un ayatolá quien le pide que no vuelva a verle porque sus preguntas son demasiado complicadas (pág. 39). A partir de ese momento se centra en la Biblia de los cristianos y busca allí sus respuestas. Su compañero de celda le va explicando lo más elemental de la fe consciente de que si lo descubren será acusado de proselitismo y por lo tanto condenado a muerte.
Por ese mismo motivo Mohamed es rechazado en sus intentos de visitar comunidades cristianas en diferentes ciudades.
Mohamed no entiende que la Iglesia rechace su solicitud de bautismo reiteradamente.
Cuando termina su vida en el ejército regresa a su casa y su padre le casa con una joven de una familia conveniente para los intereses de su clan. Su joven esposa no entiende las salidas frecuentes del Mohamed quien sigue acudiendo a la Misa de los domingos en diferentes comunidades en Bagdad y alrededores. Así llega el momento en que Mohamed debe sincerarse con ella y explicarle su ardiente deseo de ser bautizado como cristiano. Para su esposa este descubrimiento supone un gran disgusto y huye a casa de su familia.
Cuando Mohamed va a buscarla unos días después ella le manifiesta su deseo de participar en su búsqueda religiosa y su propósito de mantener en secreto esta actividad.
Buscan a un sacerdote que les de clases de formación cristiana en las noches aunque siguen sin comprender la reticencia de los cristianos a admitirlos en su comunidad.
El peligro al que tienen que enfrentarse si su padre y sus hermanos descubren su abandono de la fe musulmana queda manifiesto cuando su familia investiga sus salidas nocturnas. Le golpean y llevan delante de el ayatolá de Nadjaf quien dicta una fatwa contra él: promete el cielo a quien de muerte al traidor infiel. Es golpeado y encarcelado durante un año y cuatro meses con la aprobación de su padre y hermanos y todos sus bienes son confiscados por la familia.
Durante ese periodo continúa rezando en medio de tan terribles condiciones. Finalmente, tras una investigación de la ONUN en la cárcel en la que Sadam Hussein mantenía a prisioneros políticos, es puesto en libertad.
Regresa a su familia a la que ya no se siente unido y trata de recobrar cierta autonomía que le permita a él y a su familia continuar con su formación cristiana. Con esa intención reúne todos los recursos posibles para huir con su mujer y sus dos hijos a Jordania.
Allí, vuelve a insistir en recibir el bautismo y manifiesta que no comprende la razón del rechazo de la comunidad cristiana. El obispo de los cristianos le toma bajo su dirección y le ayuda a establecerse en Jordania. Le explica que el temor que siente a morir sin haber recibido el bautismo no es necesario pues los que mueren dando testimonio de fe reciben el bautismo de sangre y que bautizarse supone atraer mayor odio de su familia hacia él y los suyos. Después de trece años de insistencia Mohamed es informado de que si quiere recibir el bautismo tendré que abandonar Jordania y trasladarse a Francia, país para él totalmente desconocido y cuya lengua le es ajena.
No obstante aceptan él y su esposa.
Tras sufrir numerosas persecuciones de su familia cuyos miembros se desplazan hasta Jordania e incluso un intento de asesinado por parte de un tío suyo, Mohamed rehace su vida en ese país europeo.
Comentarios
Mohamed, el heredero de una
Mohamed, el heredero de una familia noble iraquí, comparte habitación con un cristiano durante la guerra. Al cristiano no le correspondía estar allí pues era de edad avanzada pero un error administrativo le mantuvo en el frente durante nueve meses. Mohamed llegó lleno de prejuicios en contra de los cristianos pero en esa convivencia estrecha descubrió, poco a poco, el significado de la fe en Cristo. Su compañero cristiano reusaba darle a conocer su fe porque sabía que eso supondría la muerte para Mohamed habida cuenta de la reacción de los musulmanes en lo referente al abandono de la fe musulmana.
Pero Mohamed insiste y sigue todas las indicaciones de su compañero cristiano quien le pide que en primer lugar lea en profundidad el Corán. La lectura del libro sagrado para los musulmanes le plantea serias dudas sobre el concepto que allí queda manifiesto del trato y condición de la mujer, sobre la vida personal de su profeta quien se casa con una niña de siete años y toma como esposa a la esposa de su hijo adoptivo, etc. Mohamed visita a un ayatolá quien le pide que no vuelva a verle porque sus preguntas son demasiado complicadas (pág. 39). A partir de ese momento se centra en la Biblia de los cristianos y busca allí sus respuestas. Su compañero de celda le va explicando lo más elemental de la fe consciente de que si lo descubren será acusado de proselitismo y por lo tanto condenado a muerte.
Por ese mismo motivo Mohamed es rechazado en sus intentos de visitar comunidades cristianas en diferentes ciudades.
Mohamed no entiende que la Iglesia rechace su solicitud de bautismo reiteradamente.
Cuando termina su vida en el ejército regresa a su casa y su padre le casa con una joven de una familia conveniente para los intereses de su clan. Su joven esposa no entiende las salidas frecuentes del Mohamed quien sigue acudiendo a la Misa de los domingos en diferentes comunidades en Bagdad y alrededores. Así llega el momento en que Mohamed debe sincerarse con ella y explicarle su ardiente deseo de ser bautizado como cristiano. Para su esposa este descubrimiento supone un gran disgusto y huye a casa de su familia.
Cuando Mohamed va a buscarla unos días después ella le manifiesta su deseo de participar en su búsqueda religiosa y su propósito de mantener en secreto esta actividad.
Buscan a un sacerdote que les de clases de formación cristiana en las noches aunque siguen sin comprender la reticencia de los cristianos a admitirlos en su comunidad.
El peligro al que tienen que enfrentarse si su padre y sus hermanos descubren su abandono de la fe musulmana queda manifiesto cuando su familia investiga sus salidas nocturnas. Le golpean y llevan delante de el ayatolá de Nadjaf quien dicta una fatwa contra él: promete el cielo a quien de muerte al traidor infiel. Es golpeado y encarcelado durante un año y cuatro meses con la aprobación de su padre y hermanos y todos sus bienes son confiscados por la familia.
Durante ese periodo continúa rezando en medio de tan terribles condiciones. Finalmente, tras una investigación de la ONUN en la cárcel en la que Sadam Hussein mantenía a prisioneros políticos, es puesto en libertad.
Regresa a su familia a la que ya no se siente unido y trata de recobrar cierta autonomía que le permita a él y a su familia continuar con su formación cristiana. Con esa intención reúne todos los recursos posibles para huir con su mujer y sus dos hijos a Jordania.
Allí, vuelve a insistir en recibir el bautismo y manifiesta que no comprende la razón del rechazo de la comunidad cristiana. El obispo de los cristianos le toma bajo su dirección y le ayuda a establecerse en Jordania. Le explica que el temor que siente a morir sin haber recibido el bautismo no es necesario pues los que mueren dando testimonio de fe reciben el bautismo de sangre y que bautizarse supone atraer mayor odio de su familia hacia él y los suyos. Después de trece años de insistencia Mohamed es informado de que si quiere recibir el bautismo tendré que abandonar Jordania y trasladarse a Francia, país para él totalmente desconocido y cuya lengua le es ajena.
No obstante aceptan él y su esposa.
Tras sufrir numerosas persecuciones de su familia cuyos miembros se desplazan hasta Jordania e incluso un intento de asesinado por parte de un tío suyo, Mohamed rehace su vida en ese país europeo.