Fenoglio, Beppe

De orígenes modestos (sus padres tenían una carnicería), llegó a estudiar en el instituto clásico, donde conoció a dos personas muy importantes para su formación: su profesor de filosofía, Pietro Chiodi, y el de italiano, Leonardo Cocito, ambos antifascistas y partisanos combatientes. Se matriculó en la facultad de Letras de la Universidad de Turín, pero tuvo que interrumpir los estudios porque le llamaron a filas. Durante la segunda guerra mundial participó en la Resistencia, mostrando desde el primer momento su propia vocación por una absoluta libertad de juicio: al principio luchó en las formaciones "rojas" de los garibaldini y posteriormente se pasó a las "azules" de Badoglio o monárquicas, manteniendo siempre posturas claramente personales. Después de la Liberación volvió a su ciudad natal - donde encontró trabajo como apoderado de una empresa vinícola - en la que residió hasta su muerte prematura por un cáncer de pulmón. Fenoglio se dedicó a la narrativa inmediatamente después del fin de la guerra, pero sus inicios no fueron fáciles: en 1949 el editor Einaudi rechazó su primera recopilación "Racconti della guerra civile" y al año siguiente Elio Vittorini, siempre para Einaudi, le sugirió que transformara la novela "La paga del sabato" en dos relatos. Sólo en 1952, gracias al mismo Vittorini, logró publicar la recopilación de relatos "I ventitré giorni della città di Alba"; en 1954, en la colección de Einaudi "I gettoni", salió la novela corta "La ruina (La malora)", que algunos consideran su obra maestra. En 1959, publicó con Garzanti la novela "Primavera di bellezza"; en cambio, se publicaron póstumos, "Un giorno di fuoco" y "Un asunto privado (Una questione privata)" (1963), "Il partigiano Johnny" (1968, probablemente su obra más conocida), "La paga del sabato" (1969) y en 1995 "Appunti Partigiani 1944-45", hallados y oportunamente presentados por Lorenzo Mondo. Lejos de los módulos literarios neorrealistas, Fenoglio supo relatar la Resistencia con un tono innovador, sin excesos de moralismo ni de seriedad, que alguno ha denominado "picaresco" al estar impregnado del gusto por la aventura (Fofi, refiriéndose a ciertos personajes de Fenoglio, habló de "una especie de cinismo insolente y adolescente, un fatalismo que se convierte en desafío, una visión romántica de sí en la intensidad de las emociones vividas"). El estilo, fruto de la mezcla de diferentes registros lingüísticos (piénsese en la introducción, sobre todo en las obras más tardías, de fragmentos en inglés e italiano), es inconfundible también en la llamada producción "de Langa" ("La ruina (La malora)", buena parte de los relatos incluidos en "I ventitré giorni della città di Alba" y "Un giorno di fuoco"), donde la representación de ese universo es dura, directa, capaz de expresar la necesaria medida de violencia. Difícilmente encasillable, la obra de Fenoglio sigue siendo una de las más vitales y originales expresiones de la literatura italiana del siglo XX.