El protagonista de este cuento y su amiga Ana juegan juntos; pero mientras ella nunca tiene miedo y le ocurren cosas divertidas, él no consigue ser valiente, hasta que encuentra una pluma de paloma que es mágica según dice su amiga. El relato refleja bien la fantasía infantil, capaz de idear situaciones especiales a partir de cosas cotidianas. El tono tierno y sensible del cuento queda perfectamente captado por las excelentes ilustraciones de Erik Blegvad.