Autobiografía (Christie)

La Autobiografía de Agatha Christie comprende tres periodos: a) Infancia y juventud a caballo entre dos siglos. Sus personajes son, junto con la autora, sus padres y educadores. b) Matrimonio con Archibald Christie en 1914. Al finalizar la Guerra Europea Agatha tuvo a su única hija, Rosalind. De este periodo destaca el viaje que hizo la pareja alrededor del mundo, visitando las posesiones británicas. Se cierra con el abandono del que la autora fue objeto por parte de su esposo. c) Matrimonio con el arqueólogo Max Malowan en 1928 y estancia de ambos en las excavaciones arqueológicas de Nínive y Nippur, en Irak.

De la personalidad de Agatha destaca la sencillez. Ella misma escribe que tiene un carácter perruno, que va allí donde la llevan. Se considera como una intrusa en el campo literario, que comenzó escribiendo por afición y continuó como un medio para ganarse la vida. Afirma que cuando la preguntaban por su profesión siempre contestaba sus labores, no escritora ni novelista. Frente a los escritores que se consideran genios y sólo desean publicar obras maestras, ella se valora a sí misma como una artesana de la escritura (pág.341).

Agatha sabe que algunas de sus novelas son mejores y otras peores, y de muy pocas dirá que la han satisfecho plenamente. De su primer libro publicado dice: "Podía haber sido mejor, yo lo sabía, pero no sabía cómo reformarlo así que lo dejé como estaba" (pág.257). El misterioso caso de Styles fue rechazado por varios editores hasta que, en 1920,  habiéndose olvidado Agatha de él, un editor la llamó para publicarlo. La autora termina su Autobiografía con setenta y cinco años, pero considera que todavía puede escribir hasta los ochenta.

Consecuencia de la sencillez de su carácter es el optimismo y la fe en un Ser Superior.  Mientras comparte con su esposo la afición por las antiguedades arqueológicas escribe: "Cuando se ven las maravillas que el hombre hace con sus propias manos, se siente uno orgulloso de pertenecer a la raza humana, a la raza de estos creadores. Participan de algún modo de la santidad del Creador que ha hecho el mundo y todo lo que está en él, y vio que era bueno" (pág.475). Concluye que "[Dios] dejó cosas por hacer, cosas que los hombres debían hacer con sus manos, para que vieran  lo que hacían y que era bueno" (pág.476). La autora se está refiriendo a la labor artística, pero también lo aplica a la creación literaria (pág.523).

De sí misma dirá: "No me conozco totalmente, sólo Dios conoce así" (pág.13). Y cuando derriban la casa en la que había nacido se consuela con un pensamiento original y teológico: "Todo lo que ha existido existe todavía en la eternidad" (pág.559). Termina su Autobiografía dando las gracias a Dios: "Gracias Señor por la hermosa vida que me has dado y por todo el amor que he recibido" (pág.560).

Para todo tipo de lectores.