Luis es un abogado célebre y de fortuna, que tiene ya 68 años y padece una enfermedad terminal. Durante toda su vida, siente que ha sido un desgraciado. Sufrió tanto la ignorancia de su mujer como la de sus hijos. El interés que sus familiares tienen aún en él, se explica tal vez por la enorme fortuna que heredarán en un futuro no tan lejano. Pero no todas las personas parecen ser lo que son: existen los lobos disfrazados de corderos.
