Primera novela de la autora, publicada en 1929, que narra la vida de un financiero judío de origen ucraniano radicado en París. En su continua lucha por hacer dinero, se ve acuciado por las constantes exigencias de su mujer y su hija, derrochadoras que no se acercan a él más que para exigirle que pague sus demenciales gastos. Agotado por el ritmo frenético de sus negocios y el temor al fracaso, enferma del corazón y debe abandonar toda actividad, lo que le lleva a la bancarrota y a ser abandonado por su familia.