El día después de celebrar sus bodas de oro, la mujer de Federico Mayol le pide que se vaya de casa. En el declinar de su existencia, Mayol se ve forzado a iniciar una nueva vida, lejos de su mujer y de sus hijos. Para ello emprende un viaje que le lleva a abandonar su Barcelona natal y trasladarse a Oporto, Lisboa y, por último, a la isla de Madeira. El argumento se sostiene sobre una anécdota mínima, en la que el autor, con mucha imaginación y sentido del humor, va engarzando sucesos y reflexiones sobre la vida y el paso del tiempo.