La pasión amorosa, auténtico motor de gran parte de la mejor literatura, aparece en El desierto del amor como objeto de análisis en sus aspectos más oscuros. A partir de Maria Cross, la protagonista de esta novela que atraviesa un sinfín de miserias morales, Mauriac analiza los conflictos que habitan en el interior de los humanos, su lucha constante contra el mal, desde una particular entonación romántica.