En 1937, la joven Lisette Roux y André, su esposo, se trasladan desde París a un pueblo de la Provenza para cuidar a Pascal, el abuelo de André. Pascal, dedicado a la venta de pigmentos y a la producción de marcos de madera, entabla amistad con Pissarro y Cézanne, que le pagan los marcos con cuadros pintados por ellos. Pascal instruirá a Lisette tanto en el arte como en la vida, y le permitirá admirar su pequeña colección de cuadros y el paisaje provenzal bajo una nueva luz. Inspirada por el consejo de Pascal, Lisette redacta una lista de promesas que ella misma deberá cumplir.