Nació el 6 de marzo en la población de Aracataca (Magdalena). Firmó algunos artículos con el seudónimo de Septimus. Desde su primera infancia vivió con sus abuelos, el coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil Días, y Tranquilina Iguarán. Las vivencias de esta primera infancia en su pueblo natal, entre una multitud de tíos y primos apiñada en torno al anciano coronel, aderezada con los relatos exagerados de la abuela, imprimieron una marca indeleble en su memoria, que acabó formando parte de su novela Cien años de soledad. Tras la muerte de su abuelo (1936) salió para Zipaquirá a estudiar, aprovechando los beneficios de una beca.
Una vez terminado su bachillerato y según la voluntad de su padre, se matriculó en la Universidad Nacional de Santafé de Bogotá con intención de hacerse abogado. El estudio de las leyes lo aburrió, mientras que su vocación como escritor se consolidaba día a día. Se inició como reportero en el diario El Espectador, inventándose una excursión en helicóptero por el Salto del Tequendama.
Después vinieron los reportajes con una serie de entrevistas que realizó a un marino que cayó de la cubierta de un buque de la Armada Colombiana, que fue publicada con el título de Relato de un náufrago. Luego viajó a París como corresponsal de El Espectador. Un día cerraron el periódico y se quedó en la calle, así que se dedicó sólo a escribir. Al cabo de varios meses estaba bastante endeudado y tuvo que regresar nuevamente a su país. Se instaló en una pensión de la capital de la República.
A raíz de los acontecimientos del 9 de abril de 1948, tras el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán y el consiguiente Bogotazo, la mayoría de sus libros y manuscritos se perdieron en un incendio. Esto, junto con el cierre indefinido de la Universidad Nacional, hizo que García Márquez pidiera transferencia a la Universidad de Cartagena, donde continuó siendo un alumno irregular y sin llegar a graduarse.
En Cartagena, García Márquez se enroló con los escritores que conformaban el Grupo de Barranquilla, ocasión que aprovechó para continuar sus colaboraciones en varias publicaciones nacionales y extranjeras, tales como El Universal, El Heraldo, El Nacional, Cromos y Venezuela Gráfica. Algunos críticos, como Jacques Gilard, sostienen que durante 1952, Gabo, como lo llaman sus amigos, vendió enciclopedias en La Guajira.
En 1958 García Márquez fue invitado como periodista a la Operación Verdad, campaña que organizó su amigo personal Fidel Castro en la Isla de Cuba, para contrarrestar la mala imagen de las agencias norteamericanas. Al desatarse la Revolución Cubana en 1958 tomó partido en favor de Fidel Castro. Su simpatía hacia el líder cubano y su régimen se han mantenido hasta el presente.
Aparte de la literatura, García Márquez ha estado obsesionado por el cine. Comenzó como crítico en El Heraldo de Barranquilla y El Espectador de Santafé de Bogotá. Más tarde su cuento En este pueblo no hay ladrones, fue llevado al cine en México. Después escribió El Gallo de oro (basado en un cuento de Juan Rulfo y escrito en compañía de Carlos Fuentes). Otro de sus guiones llevados al cine fue Tiempo de Morir (película realizada en México y recientemente filmada de nuevo en Colombia) y El secuestro (1984). Otras películas en las cuales García Márquez ha tenido participación son Presagio, María de mi corazón y La viuda de Montiel (basadas en relatos suyos o en guiones escritos por él). Ha recibido algunas condecoraciones a nivel nacional e internacional, tales como el premio Esso de novela colombiana, el premio Chianciano en Italia, el doctorado honoris causa en Letras de la Universidad de Columbia de Nueva York, Premio Rómulo Gallegos en Venezuela y la medalla de la legión de Honor de Francia. Pero su máximo galardón consiste en el Premio Nobel de Literatura que se le concedió en 1982. El alud de compromisos que sobrevino al Premio Nobel, obligó a García Márquez a buscar refugio en Cartagena. Regresó a México y actualmente vive en Barranquilla atendiendo los innumerables compromisos.
En 1955 aparece publicada su obra La Hojarasca, donde expone el tema de la violencia como elemento simbólico. En París, redactó El coronel no tiene quien le escriba (1958), donde narra preocupaciones individuales y costumbres pueblerinas. Otras obras de García Márquez son: El último viaje del buque fantasma (1968), que insinúa cómo la llegada del modernismo genera violencia. En El otoño del patriarca (1975) narra los más ambiciosos y complejos episodios de un dictador latinoamericano; El amor en los tiempos del cólera (1985) aborda el tema del amor en sus diferentes manifestaciones: el platónico, el fraternal, el sexual y el conyugal, entre otros; Doce cuentos peregrinos (1992); Diatriba de amor contra un hombre sentado (1994), Del amor y otros demonios (1994) y Noticia de un secuestro (1996), libro en el que retomó su oficio original, el periodismo, para narrar uno de los momentos más críticos de la historia reciente de Colombia, donde la realidad resulta con demasiada frecuencia más inverosímil que la ficción.
Un día de 1965, cuando viajaba en su automóvil entre Ciudad de México y Acapulco, se le ocurrió la idea de la novela que había estado buscando desde hacía mucho tiempo y que le consagró como premio Nobel de Literatura en 1982.
Llegó a su casa y se encerró durante dieciocho meses en la habitación. Cuando salió de allí, tenía en sus manos un manuscrito de mil trescientas cuartillas y una deuda, en la casa, de mil dólares. Luego apareció publicada Cien años de soledad (1967). "Muchos años después frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde...". Así comienza la más célebre novela hispanoamericana, que ha sido traducida a casi todos los idiomas del mundo y sobre la cual se ha escrito más que sobre cualquier otro libro del Continente Americano. La novela narra la historia de Macondo, con estilo surrealista. El libro está lleno de símbolos míticos y es una especie de testamento sagrado donde se describe la metamorfosis que sufre un pueblo aislado y tradicional cuando se ve invadido por la tecnología moderna, por la escritura y la lectura. En su discurso en Estocolmo al recibir el Premio Nobel de Literatura, titulado La soledad de América Latina, García Márquez retomó el tema de la soledad y el choque cultural a nivel mundial, para recriminar a los europeos la incomprensión y el desconocimiento de las realidades del continente: "Los progresos de la navegación, que han reducido tantas distancias [...], parecen haber aumentado en cambio nuestra distancia cultural".
Pero Gabriel García Márquez "Gabo" siempre que puede insiste en su condición de periodista, y por eso en 1999 apareció su obra periodística escrita entre 1974 y 1995 con el título Por la libre.