El palacio de los vientos

Isabel de Zubiría ha vivido siempre atrapada en una cárcel de desafecto, observando la vida tras la celosía de su joven aunque gastado corazón. Pierre, su marido, no supo estar a su lado y la hija de ambos, la pequeña Beatriz, habrá de ser capaz de encontrar por sí misma los senderos del corazón. El desamor, la conciencia de tener que valerse por sí misma, los fantasmas del pasado y la cansina erosión que causa el simple paso del tiempo son los anclajes de su amargura. Sin embargo, la capacidad regenerativa del ser humano y el perdón, que aparece con la aceptación real de la vida, puede derribar las más duras barreras. La cuestión, como siempre, es saber si somos capaces de afrontar con audacia el vértigo que produce el cambio.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2009 Ciudadela
256
978-84-96836-48-8
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3
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Género: 

Comentarios

Imagen de pepo

Muy interesante novela con un argumento original aunque para mi gusto demasiado cargada de descripciones poéticas. 

Imagen de Azafrán

La autora ha querido introducir su novela con un verso de Vicente Alexandre y finalizarla con una cita de Jorge Guillén: toda una definición del estilo de su escritura. Exhibe todo un catálogo de comparaciones, alegorías, una exquisita utilización del epíteto, metáforas y sinestesias que lejos de dificultar la lectura, consiguen atraer al lector y sumirlo en el vértigo de la narración. Estilo cuidado y culto.
Una familia vasca escindida por el silencio, por la incomunicación; tres generaciones de vidas separadas entre los muros de dos caseríos constituye el marco que Rosa María Echevarría elige para presentar al lector el tema del aislamiento y la soledad, del egoísmo del que se niega a compartir la propia intimidad, incluso con aquellos que tienen derecho, al menos, a formar parte de la propia vida.
Rosa María Echavarría ha escogido, como estructura de esta novela, la presentación de los principales personajes de forma aislada, en los primeros capítulos. Aparecen como universos separados cuyos vínculos permanecen escondidos al lector. Vidas próximas, intuimos, pero vidas separadas, independientes. Como los lados de la línea quebrada que conforma la base de una pirámide de múltiples caras. Podrían ser, cada uno de esos capítulos iniciales el primero de la novela. Reminiscencias, tal vez, del estilo de Gabriel García Márquez en Crónica de una muerte anunciada.
La autora reta al lector a descubrir lo que de común tienen vidas tan dispares: un joven, hijo del propietario del caserío vasco, una prostituta, un piloto francés, una niña que huye de su caserío y convive brevemente con los artistas portugueses de un circo ambulante...
A medida que la historia avanza, avanza la edad del joven Juan Miguel que más tarde será el abuelo de Beatriz ojosdecristal. El nombre de su nieta ya supone para el lector el eco de la Beatriz de la Divina Comedia, y es el personaje que acompaña al lector por el infierno y el purgatorio en el que viven los otros pobladores de la novela: el infierno del aislamiento y de la incomunicación.
Juan Miguel y Helena fueron los abuelos. Isabel de Zubiría, Señora de Irabia, y Pierre Leblanch, los padres. Beatriz y Miguel Salvatierra, la nieta y su compañero de juegos, y más tarde, su enamorado.
El lector encuentra además otras influencias literarias. Con James Joyce, hemos aprendido a ver la realidad a través del pensamiento de uno de sus personajes. Aceptamos esta falacia y construimos la historia con los datos que el pensamiento de los personajes nos permite conocer. El “stream of consciousness” o monólogo del pensamiento constituye una parte muy importante de esta novela. Los personajes viven aislados, en su mundo interior. Pero piensan y el lector puede asomarse a sus pensamientos.
Beatriz sufrirá el aislamiento al que parece condenada pero ella misma será la causa de redención para los que la rodean.
Miguel de Salvatierra, el enamorado de Beatriz, será la voz que la autora elige para que el lector conozca que fue, precisamente, un palacio, el Hawa Mahal, en Jaipur, “la ciudad rosada, la ciudad que tiene el color de la bienvenida” en India, el inspirador de esta novela. “Las 953 ventanas están recubiertas por celosías y desde su interior las damas podían contemplar la vida de la calle sin ser vistas por nadie. El viento circulaba libremente y por esta razón el palacio se la conocía con este nombre: el palacio de los vientos.” (Pág. 242)
La autora, Rosa María de Echevarría, también acierta con la manera de expresarse personajes propias de los estratos sociales más bajos: Violetadeanís, prostituta; el Yoni, el chulo de la prostituta; la Sinfo, verdulera; Bejamín, jardinero; Águeda ama de llaves; Josefa, cocinera; el tío Macario (el Gran Kid), la tía Juana (la mujer pájaro), ambos equilibristas en un circo ambulante…
Las circunstancias en las que todos estos personajes interactúan permiten a la autora tocar los temas de violencia doméstica, los asesinatos, la prostitución y el crimen organizados. Pero Rosa María Echavarría ofrece al lector la posibilidad de profundizar en la huella y en las consecuencias que para cada uno de los personajes todas estas lacras dejan. Vemos estas realidades a través del daño que producen en los que las protagonizan. No como un simple catálogo de atrocidades.
En definitiva, una novela valiente que acerca al lector a un universo integrado por realidades muy duras pero presentadas con un lenguaje elegante y bajo un umbral de integridad.

Imagen de cattus

Buena novela, sobre tres generaciones de una familia del norte de España, en la que se narran, con saltos en el tiempo y cambios de ritmo y de estilo, desavenencias, amores frustrados, soledades, pero también la capacidad del ser humano para rectificar, para perdonar y para amar. Como contrapunto de las complejas conductas de los protagonistas, el sentido común de unos realistas personajes secundarios muy logrados. Estilo cuidado, exuberante a veces en sus descripciones y en el intento de la autora de pintar los sentimientos, que muestra un buen conocimiento de la literatura universal y también del cine y de las bellas artes. Una novela original que se sale del relativismo y del nihilismo dominantes.