Los Chestertons

Ada Jones, casada con Cecil Chesterton, redactó en 1941 estas memorias sobre sus relaciones con la familia de su marido. Periodista, participó activamente en el ambiente de Fleet Street, la calle londinense de las redacciones de prensa, donde conocería a Cecil. En tono jocoso, la autora ironiza sobre el entorno familiar desde su experiencia personal, siguiendo las tertulias y celebraciones de la familia. Aprovecha la ironía y la inteligencia de Cecil y de Gilbert Chesterton, para demostrar que también ella, posee unas dotes periodísticas de gran brillantez y un enorme dominio del lenguaje escrito. Como testimonio de una época del periodismo inglés e intrahistoria de personajes destacados de la intelectualidad británica, este libro resulta interesante además de muy ameno.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2006 Renacimiento
384
978-84-8472-253

Título original: The Chestertons. Traducción de Miguel Rivera y prólogo de José Julio Cabanillas.

Valoración CDL
3
Valoración Socios
3
Average: 3 (1 vote)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

1 valoraciones

3
Género: 

Comentarios

Imagen de Rubito

Ada Jones, nombre de soltera de la autora, escribió el libro en pleno desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, cuando ya ambos hermanos habían fallecido. En la introducción del libro nos adelanta que se había escrito muy poco sobre las facetas humanas del carácter de Gilbert. Saber ver la realidad con los ojos de la sencillez infantil, sin las complicaciones de de los adultos, a menudo tan llenos de prejuicios y de connotaciones políticas; saber disfrutar el momento presente, buscando el sentido positivo de la existencia; saber relativizar los pequeños dramas de la convivencia diaria para dar importancia a lo que verdaderamente tiene interés, y convertir los pequeños conflictos, a menudo vistos como tempestades, en pequeñas ráfagas de viento fresco, lleno de inteligencia y sentido común.

Esta lectura nos plantea aprender de los grandes hombres, porque son grandes en lo cotidiano; aprender para ver la vida como un descubrimiento extraordinario, como una novedad permanente que nos proyecta hacia la plenitud de la bondad, de la belleza y de la verdad, porque en el fondo, es la búsqueda de la verdad lo que cuenta; el resto son inquietudes complementarias para conseguir este objetivo.

Se trata de un libro fresco y ameno, un libro para gozar leyendo, y para encarar la vida con entusiasmo y con sentido común.