Edad Media, Inglaterra. Robin, hijo de un noble, está destinado a ser caballero del rey, como su padre. Pero, obligado por las circunstancias a quedarse solo, durante el caos que provoca la peste sufre una enfermedad que le deja paralítico. Ayudado por un monje, el hermano Lucas, rehace su vida y parte en busca de sus padres.
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VALORES: La amistad, el esfuerzo y la superación personal. ACTIVIDAD: Se propone relacionar la trama de la historia con algún hecho real, verídico. Por ejemplo, la historia de Robín recuerda la vida de un deportista americano muy famoso, célebre jugador de rugby, que en unos entrenamientos sufrió un accidente y quedó en estado de coma. Los médicos ya le daban por muerto, pero, gracias a los cuidados intensivos que recibió, se fue recuperando poco a poco. Sin embargo, el sufrimiento de este deportista no había terminado, puesto que se había quedado inválido. Ni él ni su familia se dieron por vencidos, y durante diez años dedicaron varias horas diarias a durísimos ejercicios hasta que volvió a andar y valerse por sí mismo. Al igual que Robín, este deportista descubrió que siempre hay una puerta en la muralla; pues como le decía el monje a nuestro protagonista: "Únicamente tenéis que seguir la muralla y siempre habrá una puerta en ella". (Aleida Carreño Gallo)
La ambientación histórica es la mínima para situar y conducir la narración. El interés de la autora se orienta hacia las soluciones de la invalidez de Robin, ¨puertas en la murralla¨. A lo largo del relato, Robin va aprendiendo y ejercitándose en las distintas ocupaciones que, de uno u otro modo, le van ayudando: leer, nadar, andar con muletas, estudiar música, ejercitarse en la talla de madera, aprender a tirar con arco... ¨Cada uno tenemos un puesto en el mundo -le dirá Sir Peter-. Si no podemos servir de una manera, siempre existe otra. Si hacemos lo que podemos, siempre se abre una puerta que da entrada a otra cosa, a otra oportunidad. ¨Otra vez la puerta¨, pensó Robin¨. La lección que extrae la autora es evidente: ¨Esa es la vara que mide el éxito: lo que somos capaces de hacer con lo que tenemos¨, sentenciará en monje.(De Luis Daniel González. Guía de Clásicos de la Literatura infantil y juvenil)