María la Brava

Osada, valiente, libre, divertida, cosmopolita, popular, amante de los placeres de la vida pero también capaz de grandes sacrificios, pocos reconocerán en este retrato a esa gran desconocida que fue la madre del rey, un ser humano excepcional a quien Alfonso XIII apodó María la Brava. Porque sí, fue todo esto, y también conoció profundas desgracias: exilio, la muerte accidentalde un hijo a manos del otro, infidelidades matrimoniales, soledad y sanatorios, que la arrastraron a un abismo del que surgií más vital, más interesante y más cercana. Una biografía secrita desde el respeto que, por primera vez, explica las debilidades y la grandeza de esta mujer, sin la cual nuestro presente y nuestro futuro serían distintos. Un retrato sin censuras de doña María de Borbón, que sorprenderá y robará el corazón de todos los lectores.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2010 La esfera de los libros
464
2013 La esfera de los libros
624
978-84-9970-627

Colección: Vintage

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Este libro, en apariencia trivial, es una radiografía de la Casa real española y por ende de todas las monarquías. Nos acerca a determinados personajes no bien conocidos por los españoles: Alfonso XIII y sus descendientes. Todas sus páginas tienen un gran interés humano. En 1948, aunque España seguía siendo un Reino en virtud de la Ley franquista de Sucesión de la Corona, Franco se reservó la designación de la persona que iba a ocupar el trono. Al hijo y sucesor de Alfonso XIII el régimen lo mantuvo en la oscuridad ante la opinión pública. Franco lo denominaba "el Pretendiente" (a la corona), o también "Infante", haciendo ver así que no se sentía vinculado por la legalidad monárquica. La vida de la familia real fuera de España fue dura: Alfonso XIII se fue hundiendo progresivamente y murió en Roma en 1941. La Reina Victoria estaba afincada en Suiza y la familia se dispersó llevando cada uno su cruz. Unos por falta de salud como los infantes hemofílicos Don Alfonso y Don Gonzalo o el infante sordomudo Don Jaime. Todos sufrieron también por falta de dinero. Don Juan y Doña María se instalaron en Estoril, cerca de Lisboa, donde criaron a sus hijos. Fascina comprobar la generosidad y lealtad con la que un puñado de monárquicos españoles visitaba y atendía a sus reyes en el exilio. En 1956 una nueva desgracia se abate sobre la familia y muere en accidente el hijo pequeño, Alfonsito, con sólo catorce años de edad. Esta ausencia iba a suponer un duro golpe para todos ellos y especialmente para Doña María, su madre. El ambiente en Estoril es de tristeza y con la prolongación de la vida de Franco las posibilidades de Don Juan de acceder al Trono se van evaporando. Cuando en 1969 su hijo Don Juan Carlos aceptó ser designado sucesor de Franco "a título de Rey", la familia lo interpretó como una traición. Ello facilitó que el Príncipe, que vivía casado en España, aflojara las amarras con su familia. A decir de la autora también colaboró en ello su esposa, Sofía de Grecia, que puso su familia al amparo de sus parientes griegos: los reyes Constantino y Ana María de Grecia. Estos vivían en el exilio, en Londres, pero se supone que tenían mejor situación económica y mejores contactos que los del Estoril. Don Juan y Doña María fueron ninguneados por los distintos gobiernos españoles e incluso por su propio hijo. El dibujo que Pilar Eyre hace de la familia real española desde Alfonso XIII no es favorable para sus miembros: Sexo, dinero e ilusión de poder son los elementos que se repiten. Nadie desea la Corona más que como un deber hacia España y hacia la dinastía, pero mientras tanto luchan a muerte por sus pequeños derechos de protocolo. La autora hace especial mención de los matrimonios en la familia real. La alternativa es radical: o contraen matrimonio con personas capaces de ganarse la vida por sí mismas, como hicieron las infantas Pilar y Margarita, y entonces pasan a ser ciudadanos/as corrientes, o buscan consorte en un caladero cada vez más exiguo, el de las familias reales europeas donde apenas existen candidatos. La autora plantea como no bien resuelto el matrimonio del Príncipe Felipe con la periodista Doña Leticia Ortiz, que sin embargo el pueblo español vivió con toda naturalidad. En 1993 había fallecido Don Juan de Borbón, que sería denominado protocolariamente Juan III de España. Con la excusa del cambio de milenio Doña María quiso reunir a su familia para reforzar los lazos entre ellos. Lo hizo de una manera especial: entregó su alma a Dios mientras dormía el 2 de enero de 2000. El libro se lee con gran interés y ayuda a reflexionar sobre el presente y el futuro de las monarquías y las familias reales.