Cuando dos y dos son cinco

A finales del siglo diecinueve el mayor Sinclair Yeates se traslada de Inglaterra a Irlanda para ejercer el puesto de magistrado residente, convencido de que dos y dos son cuatro. Pero según va integrándose en el mundo rural y conoce a una variedad de casos y personajes que hubieran llevado a la bebida al mismísimo Salomón, aprende que en Irlanda dos y dos es más probable que sean cinco, o tres, o nada en absoluto..
 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2013 Ediciones del Viento
324
978-84-15374-55

Encuadernación Rústica con solapas

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Imagen de acabrero

Seguramente el calificativo que merece el conjunto de relatos de este libro es “disparato”, y sin embargo es verosímil. No son simples historias inventadas si no que se vislumbra el alma de un pueblo, de un modo de ser distinto, y muy distinto al modo de ser británico, aunque pueda parecer una exageración. El juez inglés que es destinado a hacer justicia en Irlanda no deja de sorprenderse del caos al que puede llegarse cuando unas personas deciden saltarse la ley, deciden no tener demasiado en cuenta las medidas de prudencia y vivir un poco a su manera. El lector se va metiendo poco a poco en la idiosincrasia y va conociendo a personajes peculiares y curiosos.

Imagen de Ran

Un libro para disfrutar; con fino humor anglo/irlandés, las autoras plasman con acierto la idiosincrasia de la sociedad rural del sudoeste de Irlanda del primer tercio del siglo XX con su pintoresco modo de entender la vida no exento sus contradicciones, pero siempre cargado de vitalidad, esperanza y alegría.

Los personajes son reales, están bien dibujados, vivo reflejo de un modo de entender la vida cargada de picaresca, salpicada de optimismo, combinando alegrías y sinsabores con soluciones sorprendentes.

La trama está bien urdida, dibujada con una sutil crítica comprensiva, tolerante y, en ocasiones, amable, disculpando a  sus personajes en aras de un comportamiento práctico, esperanzado y picaresco.