Volverá a reír la primavera

Novela ambientada durante la guerra civil española, a través de una familia madrileña y su relación con falangistas, republicanos..., que refleja bien lo que sucedió durante aquellos años. La trama histórica y la amorosa están bien armonizadas.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2012 Martínez Roca (Planeta)
190
978-84-270-3525

Edición correcta, facilita la lectura.

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Imagen de juanluisg

Seguramente aquí Olaizola hace algo que hoy resulta casi prohibido por reunir todos los ingredientes de “lo políticamente incorrecto”: situar en el centro de la novela, junto a su protagonista, a un personaje tan oficialmente denostado como José Antonio Primo de Rivera y, junto a él a algunos de sus colaboradores, reales unos, supongo y personajes ficticios otros.

Como no soy un conocedor, ni siquiera aficionado, de la historia de Falange Española me es difícil separar la ficción de la historia. Pero esto, lejos de ser un problema, viene a dulcificar el relato, separando su asimilación de apriorismos ácidos y destemplados que impedirían gozar del recreo en una época, una sociedad y una encrucijada de nuestra historia reciente.

Tengo la impresión de que, con justicia o sin ella, de aquel partido que fundara el hijo del general dictador el identificador más conocido es su himno —seguramente porque es muy bueno— independientemente de la sintonía mayor o menor… o incluso nula que se tenga con el proyecto político. Pues también puede uno recrearse en esta novela en la tarde en la que, con otros conocidos personajes, se dio luz a la pieza musical que lo abanderó. Debe ser una narración fidedigna porque viene a coincidir con la que ya hizo Agustín de Foxa en su “Madrid, de corte a checa”.

Con tanta frescura narra los años que rodean la constitución de la Falange que se permite introducir hasta una historia amorosa del líder político que contribuye a dibujar con más precisión su temple humano. Ignoro también si existió esa predilección de José Antonio por alguna mujer en la que se haya podido inspirar Olaizola para recrear el personaje femenino.

La historia que sí conozco por otras fuentes más fiables es la de otros personajes con los que, empezada la contienda civil española, el protagonista atraviesa los Pirineos para llegar a la zona nacional. Son sucesos reales los narrados aquí cuando incluye al protagonista, Ignacio Acosta, en la partida en la que se encontraban San Josemaría Escrivá o Juan Jiménez Vargas, con el que el personaje establece una amistad profunda.

No tiene como novelista ninguna obligación de hacerlo, pero hubiera agradecido al autor que, en un apéndice, y, al menos en este caso, hubiera aclarado la condición real o ficticia de cada uno de los personajes. No hubiera restado nada a su creación pero hubiera hecho honor a la vez a la novela y a la historia.

Imagen de Rubito

Como todas las obras de este autor, esta obra representa una visión neutral y desapasionada de la época convulsa de los momentos de la pre-gurerra española. El entorno a José Antonio lo describe sin sesgos así como el de su amigo Ignacio Acosta, atormentado por los graves incidentes familiares, sus ideas, su casi renegar de Dios. El desenlace es de los que dejan el alma serena y desasosegada. La trama es sencilla, la prosa muy directa y los personajes tienen mucho "peso específico". Muy recomendable. 

Imagen de Azafrán

La situación histórica que vive España en el primer tercio sirve de encuadre a esta novela. Durante el reinado de Alfonso XIII, que sube el trono en 1902 y sale de España el 14 de abril de 1931, se suceden acontecimientos muy virulentos que transforman convulsivamente la sociedad española.
La Primera Guerra Mundial, 1914-1919, supone un anómalo crecimiento del sector industrial que llama a la población rural hacia las ciudades en busca de mejores condiciones de vida que las del campo. La industria textil en Cataluña y la metalúrgica en el País Vasco reclaman mano de obra. La llegada de los trabajadores supone hacinamiento y malas condiciones de vida en los núcleos urbanos así como abusos en la contratación de los trabajadores por la falta de previsión de una legislación protectora del trabajador ante el repentino brote industrial. Se tradujo en un descontento generalizado que favoreció las huelgas y protestas y que condujo a una exaltación de la anarquía por los incipientes grupos sindicales.
Al acabar la Primera Guerra Mundial, la industria española acusó la falta de pedidos y se produjo una contracción de la producción con un excedente de mano de obra y mayor descontento en las ciudades.
Por otro lado, los errores militares condujeron a pérdidas en vidas humanas en el norte de África, en las guerras con las que Marruecos reclamaba su independencia. El triunfo del general Miguel Primo de Rivera en el norte de África, le rodeó del áurea necesaria para aventurarse en la península a solucionar los problemas derivados del descontento social y de la anarquía. El rey le permitió un gobierno dictatorial que, aunque en un principio consiguió poner orden, al continuar los problemas en la industria y las malas condiciones salariales, exacerbó los ánimos de los obreros que se lanzaron a nuevas posiciones reivindicativas. El rey retiró su confianza al general Primo de Rivera y confió el gobierno al general Juan Bautista Aznar. Pero ya fue tarde. La izquierda consiguió el triunfo en las elecciones municipales celebradas el 11 de abril de 1931 y el rey decidió marcharse de España y ceder paso a la Segunda República.
La llegada de la Segunda República supuso mayores desórdenes y enfrentamientos graves entre los que poseían el capital y la nobleza y los trabajadores. El ejército no supo a qué carta quedarse. Una parte de las fuerzas armadas reconoció la legitimidad de la Segunda República que había ganado unas elecciones municipales. Otra parte del ejército no estaba dispuesta a permitir que España sucumbiera ante tanto desorden y anarquía. Así se produjo un levantamiento en las zonas periféricas, partiendo del norte de África y Canarias, al que se fueron sumando distintos mandos. En la sublevación también tomaron parte la Falange Española y los Requetés. Pronto Franco disolvió los partidos políticos y asumió el liderazgo de estos grupos. Sus líderes fueron encarcelados, condenados a muerte o exiliados. En el caso de la Falange, su líder, José Antonio Primo de Rivera, murió fusilado a mano de los republicanos en la cárcel de Alicante.
En esta novela se ofrece al lector una panorámica de la vida de uno de los “camisas viejas”, cofundadores de la Falange, Ignacio Acosta, hijo del ingeniero Antonio Acosta y hermano de Marián Acosta, a quien José Luis Olaizola dibuja como “novia” de José Antonio Primo de Rivera.
Por la novela desfilan personajes que son históricos y que desempeñan el mismo papel que en la vida real tuvieron, lo que lleva al lector a reflexionar si está ante una novela o ante un trabajo del género biográfico.
En todo caso, se trata de una reflexión de los terribles sucesos que vivió España durante la Segunda República (1931-1939) y durante la Guerra Civil (1936-1939). Las muertes sin sentido, los asesinatos y el tremendo dolor en ambos bandos que continuaron mucho después hasta que la necesidad de amor y perdón llegó a los corazones de los que sobrevivieron.

Imagen de JOL

Novela histórica de Olaizola que domina ese estilo con maestría. Conoce bien la época por vivencia y por investigación, esforzándose por presentar los hechos con objetividad, y sobre todo con una mirada de profunda comprensión por las personas. Es un don que no todos tienen ni desean desarrollar, pero es completamente necesario para aportar algo positivo a la convivencia, aprendiendo de la vida.

Quienes sólo conocen de referencia la época, que somos la mayoría, pueden acercarse a los sucesos sin miedo a ser engañados por las fobias y filias de los escritores. No es el caso de Olaizola, una garantía de humanidad y bonhomía. Siempre con sentido cristiano de la vida, como tuvieron los personajes principales en medio de sus defectos. Resulta, sin embargo, una novela algo breve aunque eso puede ser una cualidad para quienes no se atreven con obras más extensas.

Una historia bien trabada, emotiva y constructiva, que deja buen sabor sobre unos personajes de carne y hueso, lejos de los estereotipos de cartón piedra, infectados a veces de ideología. No es el caso. Interesante relato sobre José Antonio y Márian, su hermano Ignacio y su paso a la España nacional por los bosques de Rialp, junto a otras personas como al pequeño grupo de jóvenes con Josemaría Escrivá de Balaguer.

Imagen de cattus

José Luis Olaizola sabe narrar. Además, cuando cuenta hechos históricos procura documentarse con honradez. Aquí la acción transcurre antes y durante la guerra civil y es la historia de una familia en la que el padre es republiano, los hijos se apuntan a la Falange, atraídos por José Antonio, de quien se enamora la hija... A partir de ahí, la tragedia de la guerra... Además de los protagonistas, hay algunos personajes secundarios muy logrados, en esto Olaizola es dickensiano. También está muy lograda la ambientación de la época. En mi opinión, el final de la novela resulta un tanto abrupto, pienso que con un mayor desarrollo habría resultado mejor. El autor trata de ser objetivo sobre un asunto que mueve tantas pasiones y anima, como ya ha hecho otras veces, a comprender y a perdonar.