El verano que volvimos a Alegranza

Leandra es editora en una revista de moda con sede en Madrid. A sus treinta y cinco años se ha alejado de su marido, ha perdido la ilusión por su trabajo y ha presenciado la muerte de su tía Valentina en circunstancias dramáticas. En busca de respuestas a la crisis existencial en la que se halla inmersa, decide pasar un verano en Alegranza -la casa de indianos que construyó su abuelo Tomás en el pueblo asturiano de Colunga- y aceptar el reto de Jean-Luc Peltier, un prestigioso perfumista al que ha entrevistado: elaborar un perfume que la ayude a definirse a sí misma.

Mientras bucea en sus recuerdos de infancia, impregnados de rosa silvestre, hortensia o madreselva, Leandra irá desvelando las distintas capas de secretos que, como los ingredientes de una fragancia, componen la historia de su familia.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2021 Plaza Janés
224
978-84-01-02700-0
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Novela evocadora sobre la historia de una familia, su pasado y sus secretos. Ambientada en la época actual, la acción se desarrolla en cuatro lugares diferentes y cada uno de ellos le confiere a la trama un valor especial: Madrid, París, Oviedo y, especialmente, el pueblo de Colunga (Asturias) donde se encuentra Alegranza, la casa de indianos perteneciente a la familia De la Vega. La protagonista y narradora de este relato es Leandra, de 35 años, periodista en una revista de moda y separada de su marido desde hace unos meses. Su vida se encuentra en un momento crítico con problemas en el trabajo, cansada de las publicaciones de moda que se han instalado en la fatuidad, y con una separación temporal en su matrimonio que parece haber perdido el rumbo. Y, de repente, en la cena de Nochebuena (diciembre de 2018) su tía Constanza, dulce, buena y sonriente, acuchilla y mata en la cocina a su hermana mayor Valentina sin apenas mediar palabra. En ese instante, dejan de ser una familia normal o, por lo menos, dejan de aparentarlo, y todos los miedos de Leandra sacuden con intensidad su existencia.

El relato en primera persona lleva a la protagonista a rememorar momentos clave de su vida que nunca ha conseguido entender: una especie de locura parece flotar desde hace tiempo sobre todas las mujeres de la familia. Su madre Celia se suicidó hace ya muchos años, obsesionada y oprimida por sus recuerdos; y ahora su tía Constanza, en  un arrebato de enajenación mental transitoria, mata a su hermana Valentina y es ingresada en un psiquiátrico. Solamente su tía Rita y una visita a la casa familiar en Alegranza podrán ayudarla a indagar y esclarecer los sucesos del pasado y, de esta forma, afrontar sus miedos y su futuro: porque, a veces, "hay que poner en pausa el presente para ordenar el pasado".

Con esta novela, escrita con un estilo claro y ameno, la autora María Fernández-Miranda inicia su trayectoria literaria como novelista. En ella presenta una trama entretenida en la que se mezcla el misterio y la intriga del pasado familiar con el mundo actual de la moda y de los perfumes y sus grandes creadores, la memoria olfativa y el aroma que nos recuerda a los seres queridos. Además, la autora trata otros temas interesantes  como los problemas de pareja, la comunicación en el ámbito familiar y la vocación profesional unida a los problemas laborales. Como afirma la crítica, “una novela evocadora que nos recuerda que las buenas historias, igual que los buenos perfumes, siempre son necesarias”.