Los números de la vida

¿Y si las matemáticas fueran la única forma de comprender cómo te sientes, de entender la sociedad, de intentar articular el mundo? De encontrar el mejor asiento en el tren y la cola más rápida en la frutería, de calmarte ante un diagnóstico médico inesperado, de aprender del desastre de Chernóbil o del juicio de Amanda Knox, de detener epidemias mortales y víctimas de errores judiciales, de estudiar nuestro pasado para ahorrarnos un futuro peor, de saber cuántos caracoles hay en un jardín. Esto último, preguntado por su hijo, empujó al prestigioso matemático Kit Yates a intentar buscar cómo explicar la magia aplicada de los números que describen nuestra vida y la del planeta.

Todo en este planeta se puede articular mediante las matemáticas y, sin embargo, este no es un libro para matemáticos. Tampoco es un libro de matemáticas al uso. Es un libro sobre cómo nos ayudan a entender el mundo, la sociedad y la vida.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2020 Blackie Books
384
978-84-17552-94-7

Traducción de Francisco J. Ramos Mena

Valoración CDL
3
Valoración Socios
3
Average: 3 (1 vote)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

1 valoraciones

3
Género: 

Comentarios

Imagen de amd

Libro divulgativo sobre la presencia de las matemáticas en la vida cotidiana. Con el subtítulo “Siete principios matemáticos que dan forma a nuestra existencia”, el autor Kit Yates, que es biólogo matemático, explica conceptos matemáticos básicos aplicados a la realidad con ejemplos concretos y reales del mundo actual. De esta forma, se une de manera amena “una disciplina como las matemáticas, que la gente percibe como abstracta, pura y etérea, con la biología, que generalmente se considera práctica, sucia y pragmática” (p. 8). Así, el libro está dividido en siete capítulos, cada uno de ellos dedicado a un principio matemático: por ejemplo, en el primero, se estudia el formidable poder del comportamiento exponencial, que fue básico para la creación de la bomba atómica y provocó devastadores  efectos en Hiroshima, al igual que sucedió en el desastre de la central nuclear de Chernóbil. Como afirma Yates, “no pensar en términos exponenciales implica que nuestras decisiones, como las reacciones nucleares en cadena no controladas, pueden tener consecuencias inesperadas y exponencialmente de gran alcance” (p. 57).

Asimismo, resulta muy interesante el capítulo cuarto donde analiza y desmitifica los trucos y las trampas de los titulares de los periódicos y de las vallas publicitarias; como, por ejemplo, las marcas de cosmética que aseguran que sus productos funcionan en un 90%, cuando las muestras utilizadas son muy pequeñas (por debajo de 30 participantes): cuanto menor es la muestra utilizada, el porcentaje es menos significativo. En el capítulo sexto, se analizan los algoritmos que sirven para confeccionar las rutas con el GPS o para realizar trabajos en el ordenador; y el autor se pregunta: ¿tiene sentido siempre la ruta que nos sugiere el navegador? Su consejo es que no debemos dejarnos arrastrar siempre por las órdenes de la máquina, ya que el pensamiento humano y la supervisión del hombre en la toma de decisiones resultan incuestionablemente necesarias en múltiples ocasiones.  

En el último capítulo, se habla de la propagación de las enfermedades infecciosas, algunas antiguas como la viruela y el sarampión, y otras recientes como el ébola, con el hallazgo del paciente cero y la necesidad de la inmunidad de grupo o colectiva. En definitiva, a través de historias y ejemplos increíbles, Kit Yates consigue corroborar que, en la sociedad moderna, las matemáticas subyacen a casi todo lo que hacemos: “Resultan esenciales en nuestra forma de comunicarnos y en los métodos que utilizamos para transitar de un lugar a otro”, y su influencia se deja sentir en los tribunales, en los hospitales, en las oficinas y en los hogares.