Adolphe

Benjamín Constant (1767-1830) fue famoso por su desordenada vida privada, su larga 'amistad' con la escritora Mme. de Stäel, y por su actividad política: opositor y consejero de Estado de Napoleón; escribió sobre historia y política pero se lo recuerda como el escritor de un solo libro: Adolphe, donde trata del amor, los matices sicológicos del yo y sus contradicciones.
Hablar de 'amor verdadero' en esta época puede sonar ridículo, y leer una novela romántica francesa al respecto, una pérdida de tiempo. Adolphe (Destino) tiene que ver con estas premisas y con ninguna.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2002 Acantilado
150
2013
128
978-84-88839-71-8
Valoración CDL
3
Valoración Socios
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Imagen de rocio meca

El amor crea un pasado como por encantamiento y nos rodea de él. Nos da, por así decirlo, la conciencia de haber vivido durante años con un ser que no hace mucho nos resultaba casi extraño. El amor es sólo un punto luminoso, y sin embargo parece apoderarse del tiempo. Hace unos días no existía, pronto dejará de existir; pero mientras existe expande su luz tanto sobre la época que lo ha precedido como sobre la que debe seguirlo.

El argumento de esta novela es el amor de dos jóvenes que comienza con fuerza y poco a poco lleva a la destrucción de ambos: el hombre que, por cobardía y una falsa compasión no es capaz de romper una relación que pretende ser temporal y, una mujer que consagra su vida a un hombre que no le corresponde. Además la historia cuenta con la connotación de que es un hecho real, son vidas reales y sucesos reales todos los que en el libro se describen.

El autor hace reflexiones interesantes sobre la autojustificación, la timidez, etc.

"Timidez: Ese sufrimiento interior que nos persigue incluso a la edad más avanzada, que hace que se replieguen en nuestro corazón las impresiones más profundas, que nos hiela las palabras, que desnaturaliza en nuestra boca todo lo que intentamos decir y sólo nos permite expresarnos por medio de vaguedades o de una ironía más o menos amarga, como si quisiéramos hacer pagar a nuestros propios sentimientos el dolor que experimentamos por no poder darlos a conocer.

Autojustificación: Así pues, buscaba un razonamiento que pudiera sacarme de esta lucha de un modo honroso a mis propios ojos. Casi siempre, para vivir en paz con nosotros mismos, disfrazamos de cálculo y método nuestra impotencia y nuestra debilidad: satisfacemos así a esa parte de nosotros que es, por así decirlo, espectadora de la otra.

Engaño: El hombre se pervierte desde el momento en que guarda en su corazón un solo pensamiento que está constantemente obligado a disimular".

En esta sencilla novela se narra una historia verdadera sobre la miseria del corazón humano. Si encierra una lección instructiva, esta se dirige a los hombres: demuestra que ese espíritu del que están tan orgullosos no sirve ni para hallar la felicidad ni para procurarla; demuestra que el carácter, la firmeza, la fidelidad, la bondad son dones que hay que pedir al cielo; y no llamo bondad a esa compasión pasajera que no somete en absoluto a la impaciencia ni le impide reabrir las heridas que un momento de pesar había cerrado. En la vida la gran cuestión es el dolor que causamos, y la más ingeniosa metafísica no justifica al hombre que ha desgarrado el corazón que lo amaba. Es fácil rechazar, además, la fatuidad de un espíritu que cree excusar lo que explica, odio la vanidad que se ocupa de sí misma al relatar el daño que ha hecho, que tiene la pretensión de hacerse compadecer al describirse y que, permaneciendo indestructible sobre las ruinas, se analiza en lugar de arrepentirse. También produce rechazo la debilidad que achaca siempre a los demás su propia impotencia y que no ve de ningún modo que el mal no está a su alrededor, sino en ella misma.

Hoy en día, cuando observamos que las relaciones tienden a ser temporales, poco profundas y comprometidas, nos cuestionamos sobre qué entiende el corazón y la razón acerca del amor. Son muchas las lecciones que hay que atravesar en esa camino: sacrificio, dolor, ausencia de pasión, entrega, generosidad. Este libro nos permite reflexionar sobre una ausencia de planteamientos en donde el protagonista es víctima de su carácter, castigado por sus cualidades aún más que pos sus defectos, porque sus cualidades surgían de sus emociones y no de sus principios. Este hombre fue alternativamente el más abnegado y el más duro de los hombres, pero tomo siempre partido por la dureza, después de hacer empezado por la abnegación, y no dejó de este modo otro rastro que el de sus errores.

Desde el punto de vista moral resulta difícil hacer una valoración. Se parte de una realidad: dos personas que no quieren unirse en matrimonio por el significado de relación eterna que éste tiene. En sus actitudes quedan reflejadas las vidas de muchos jóvenes de nuestra sociedad, que tienen temor al compromiso y a una relación exigente y sacrificada porque creen que sólo en el placer hallarán la felicidad. Poco a poco su corazón va dividiéndose y dejan de vivir para el otro para vivir para ellos mismos. Esto es lo que hace que creyendo ser felices no encuentren más que amargura, desasosiego, inquietud e infelicidad.