Esta es la apasionante biografía de Jacobo Gratii, más conocido como El Caballero de Gracia, narrada a modo de diálogo con Madrid, que también nos cuenta su historia. Tras vivir los eventos de mayor relieve histórico como Secretario del Nuncio en la Corte de Felipe II y Felipe III, Gratii dedicó su vida a una caridad sin límites, y a la adoración al Santísimo Sacramento.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2004 | Rialp. Madrid |
320 |
978-84-321-3514 |
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¿Quién es este Caballero y cómo es Madrid? Lo vemos en las tres partes de esta apasionante biografía de Jacobo Gratii: sus orígenes en Italia, su nunciatura en Madrid, y la vida y muerte en la Villa. Un caballero del siglo XVI que viene a España nada menos que como Nuncio del Papa Urbano VII, pero no es sacerdote. Y así participa en los eventos de relieve histórico en la Corte de Felipe II y luego de Felipe III. Vemos cómo es el Madrid de entonces, donde permanecerá hasta su muerte con fama de santidad a los 102 años. Pero lo importante del personaje es que en ese dilatado tiempo lleva a cabo una caridad que no conoce límites, y fomenta con empeño la adoración al Santísimo Sacramento. Levanta dos hospitales y un colegio para personas necesitadas. Más tarde es ordenado sacerdote a una edad provecta, cede su casa para convento religioso y funda la Congregación de Indignos Esclavos del Santísimo Sacramento. Así conocemos los orígenes de la Asociación Eucarística de Caballero de Gracia actual que tiene su sede en el Oratorio construido por Villanueva en el centro mismo de Madrid.
Nos enteramos así de la categoría humana y sobrenatural del Caballero de Gracia, antes y después de ser sacerdote. Un ciudadano del mundo y un buen cristiano, que puede enseñar mucho a los hombres de hoy. Es un hombre que supo unir la piedad con la acción, para vivir plenamente la caridad, que hacen de él un perfecto caballero cristiano, es decir, un hombre fiel a su conciencia.
No se editan muchos libros como éste pues está bien documentado, es ameno, sigue la historia, y además los amantes de la buena literatura se deleitarán leyendo esta obra histórica con una prosa castellana genuina, que cuesta mucho encontrar hoy día, sobre todo si está imbuida de un fino sentido del humor.
JOL