Actualidad de Ortega y Gasset



Las constantes ediciones de las
obras del filósofo y pensador Ortega y Gasset muestran la actualidad de su
pensamiento. La frescura de sus palabras y la sencillez profunda de su
exposición siguen siendo una gran fuente para nuestros días.


En estas líneas queremos detenernos en las relaciones
humanas, expuestas magistralmente a finales de los años cuarenta y recogidas en
un pequeño volumen titulado el El hombre y la gente.
Como
dice Ortega al
comienzo de su obra: "El hecho humano es un hecho siempre personal"
(p.13). No hay, por tanto, un alma colectiva.


Es interesante la llamada de Ortega a dedicar un tiempo a
leer, pensar y meditar: "Casi todo el mundo está alterado, y en la
alteración el hombre pierde su atributo más esencial: la posibilidad de
meditar, de recogerse dentro de sí mismo para ponerse consigo mismo de acuerdo
y precisarse qué es lo que cree; lo que de verdad estima y lo que de verdad
detesta" (p.24). Es pues necesario meditar, pensar, ensimismarse (p.27). El
animal es pura alteración y no puede ensimismarse (p.27).


Y un poco más adelante añade: "El hombre ha tardado
miles y miles de años en educar un poco -nada más que un poco- su capacidad de
concentración. Lo que le es natural es dispersarse, distraerse hacia fuera,
como el mono en la selva y en la jaula del Zoo"
(p.29). Y concluye con humor: a los pigmeos no hay quien les tenga quietos


El hombre necesita pensar, aprender a pensar, para que la
relación con los demás sea más enriquecdedora: "El
destino del hombre es, pues, primariamente, acción. No vivimos para pensar,
sino al revés, pensamos para pervivir. Este es un punto capital en que, a mi
juicio, urge oponerse radicalmente a toda la tradición filosófica y resolverse
a negar que el pensamiento, en cualquier sentido suficiente del vocablo, haya
sido dado al hombre de una vez para siempre, de suerte que lo encuentra, sin
más, a su disposición, como una facultad o potencia perfecta, pronta a ser
usada y puesta en ejercicio, como fue dado al pájaro el vuelo y al pez la
natación" (p. 31). "El pensamiento sólo si es adecuado, es
pensamiento" (p.31). Volviendo
a la historia señala Ortega: "Mientras el tigre no puede dejar de ser
tigre, no puede destigrarse, el hombre vive en riesgo
permanente de deshumanizarse (…) Píndaro decía llega
a ser el que eres. La historia nos cuenta de innumerables retrocesos, de
decadencias y degeneraciones"(pp. 32-33). Y añade: "El hombre se ha
perdido muchas veces y a lo largo de la historia; más aún, es constitutivo del
hombre, a diferencia de todos los demás seres, ser capaz de perderse, de
perderse en la senda del existir, dentro de sí mismo y, gracias a esa atroz
sensación de perecimiento, recobrar enérgicamente para volver a encontrase. La
capacidad y la desazón de sentirse perdido es su trágico destino y su ilustre
privilegio"(p. 45).


El hombre que se esfuerza en enriquecerse puede darse: "La
vida que nos es dada, no nos es dada hecha, sino que cada uno de nosotros tiene
que hacérsela, cada cual la suya" (p.50). Así en el amor a los demás podrá
aportar: "El autentico amor no es sino el intento de canjear
soledades"(p.57). Finalmente se refiere a las miradas del alma (p.99),
para concluir: "El
amor es elocuente" (p.225). Un buen libro para disfrutar en verano.


 


 


 


José Carlos Martín de la Hoz


 


 


 


Ortega y Gasset, J., El hombre y la
gente
, ed. Alianza, Madrid 2010, 287 pp.