Adentrarse por los caminos de Dios

 

El cardenal Robert Sarah (Guinea, 1945), Prefecto emérito del Dicasterio para el culto divino y los sacramentos ha vuelto a regalarnos un magnífico trabajo que actúa como un rico venero de vida espiritual.

Evidentemente, este es el gran éxito de los buenos libros de auténtica espiritualidad que, al proceder de la rica vida interior del que los redacta, tienen ya el éxito editorial verdaderamente asegurado pues cualquier cristiano al leerlo despacio y meditarlo en la presencia de Dios, en el calor de su oración personal, permite al Espíritu Santo hacer rebrotar el texto en el lector.

Así pues, podemos afirmar que el natural sistema de los manantiales de montaña sigue siendo plenamente eficaz y duradero a lo largo de la historia humana y espiritual. Así lo ha dejado de hecho establecido la exégesis del Nuevo Testamento cuando distingue entre agua y agua viva. La primera sería, por ejemplo, el agua de una jarra, la que proviene de un pozo o de un cántaro. En cambio, la connotación de agua viva, se refiere al agua que salta hasta la vida eterna, es el agua que brota mana del manantial del corazón de Dios. Por eso el Señor exclamó en el templo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Io 7, 37).

Como fruto de su meditación y de sus pláticas, especialmente a sacerdotes, el cardenal Sarah pone a nuestra disposición un conjunto de textos que hablan de los sacramentos, especialmente del bautismo, la eucaristía, la confesión, es decir los medios de nuestra santificación y también las aguas que nos purifican y encienden.

El título del trabajo puede desorientar al lector, pues la palabra catecismo en castellano hace referencia a medios didácticos para conocer y fijar los grandes conceptos y los artículos de nuestra fe, expresados de manera sintética que sustentan y proporcionan solide al edificio espiritual.

En realidad, estos textos que ahora presentamos lo que hacen es abrir horizontes de rica vida espiritual, es decir, abren nuevos caminos de intimidad con Jesucristo, pulsos de vida, largas meditaciones por las que discurrir el cristiano en sus ratos de oración de modo que podamos amar más y más a Dios.

La ventaja de este trabajo es que se pueden tomar y dejar, como los anteriores del cardenal Sarah, para respetar la libertad del Espíritu Santo en el alma del cristiano y permitir grandes y pequeños actos de libertad que dan tanta gloria a Dios, cuando que el quehacer libre del hombre es signo de la belleza de la creación.

José Carlos Martín de la Hoz

Cardenal Robert Sarah, Catecismo de la vida espiritual, ediciones Palabra, Madrid 2022, 317 pp.