Alegría y buen humor

 

El catedrático de historia medieval de la Universidad Complutense de Madrid, Emilio Mitre, está publicando, en estos últimos años, coincidiendo con su jubilación en 2007, trabajos de gran envergadura y otros más de síntesis y de temas generales, pero con la madurez y profundidad que dan tantos años de investigación y de docencia.

En esta ocasión, tomando como modelo al ilustre historiador francés Jacques Le Goff, se ha enfrentado directamente al mito de la oscura Edad Media para, al igual que el ilustre académico galo, mostrar la cara amable, alegre y creadora del medievo.

Así pues, en un clima sereno, afronta cuestiones como la mística, la salvación, el comtemptus mundi, desprecio del mundo (24), o las crueldades de la vida, tal como las describe el papa Inocencio III en su obra sobre la miseria de la condición humana, donde se detiene en la dureza y fragilidad de la vida de la mujer cristiana, madre y esposa (27).

También hay espacio en este trabajo para temas más banales, como el juego, la diversión y las fiestas (47). Todo ello al calor de la fe cristiana y de la profunda alegría de la redención y el característico buen humor de los santos (53). Es muy importante, como señala Mitre, el desarrollo del ciclo litúrgico cristiano (113).

Tampoco faltan los datos duros y realistas de la época: la cercanía de la muerte, la escasa esperanza de vida, la realidad cruel de la abundante mortandad infantil, el hambre, la peste, las plagas.

De todas formas, hay que matizar a nuestro autor que aunque el celibato sea considerado por la teología de la época y, en general, en el magisterio eclesiástico, como superior al matrimonio, también se recuerda que el estado matrimonial era propuesto por los Padres de la Iglesia  como camino de santidad y felicidad, y no sólo como camino para la continencia y dominio de sí (39). Así lo recuerda Mitre al hablar del matrimonio como sacramento (69).

Asimismo, lógicamente, aborda un tema importante para matizar el cuadro y anotar lo que ahora llamamos opinión pública: la ignorancia o los milenarismos (20) y los miedos que Ia ignorancia y, en general, la falta de ciencia y de desarrollo científico, generan por doquier.

Indudablemente es capítulo central de este trabajo la alegría y la felicidad que transmite san Francisco de Asís y su predicación por el mundo entero, en Dios y en la contemplación de la obra de sus manos, como en la preocupación por el prójimo encuentra el cristiano la alegría (56).

También destaca  nuestro autor la alegría de santo Tomás de Aquino, de santo Domingo de Guzmán y de tantos otros, pues estar cerca de Dios es estar cerca de la fuente de la felicidad (61).

 

José Carlos Martín de la Hoz

Emilio Mitre, Desprecio del mundo y alegría de vivir en la Edad Media, ed. Trotta, Madrid 2017, 195 pp.