Amor, enamoramiento, caridad

 

Hay una serie de términos que se suelen utilizar normalmente en el lenguaje hablado y en el escrito y que, en principio, se entienden. Cualquiera sabe lo que significa amar y lo que significa querer, o enamorarse y otros términos cercanos. Sin embargo, sería importante tender a identificar cada término y saber diferenciarlo de los otros, por eso de hablar con propiedad y para que todos nos entendamos recíprocamente.

Sabemos lo que significa tener un sentimiento hacia una persona, pero en algunos casos podríamos confundirlo con el concepto “enamoramiento”. Y, desde luego, sería muy peligroso identificarlo con “amor”. Habrá momentos y circunstancias en que todo eso se mezcle, pero, si lo pensamos un poco, conviene poner cada término en su sitio, porque, de lo contrario, podemos descubrir que no hemos comprendido lo que nos ha dicho aquella persona, mezclando una serie de palabras “cercanas”.

No es lo mismo enamoramiento que amor. El enamoramiento es un sentimiento que lleva a un descubrimiento, a una atracción, a una búsqueda. Pero una persona no se puede casar porque esté enamorada. Por eso es tan importante el noviazgo, porque después del primer momento de conocimiento atractivo es imprescindible un conocimiento profundo. Solo entonces puede haber auténtico amor y se puede llegar al matrimonio.

El noviazgo es el camino del enamoramiento al amor y, si es el caso, al matrimonio. Tener relaciones sexuales en el noviazgo es una manifestación notable de desconocimiento de lo que es lógico en las relaciones hombre/mujer. La relación sexual supone una decisión firme de por vida de estar unidos y abiertos a la vida. Eso solo se da en el matrimonio. Otra cosa es egoísmo, o sea, algo muy distinto que el amor.

Solo con un conocimiento que necesita tiempo se puede llegar al amor. Amor supone entrega total, pase lo que pase. Supone generosidad, que es lo contrario de egoísmo. Amar es estar dispuesto a dar la vida por otra persona. No es lo mismo que “querer” estrictamente hablando. Querer significa “yo quiero”, yo te necesito, te necesito para mí. Amar es entrega incondicionada. “Te amo” supone: por ti hago lo que sea. Me entrego a ti. El amor, por lo tanto, puede llevar mucho más allá que el matrimonio. Por ejemplo, todas esas personas que dedican su vida a atender desinteresadamente a los necesitados.

El cariño puede ser una manifestación de un momento, pues al conocer a un niño pequeño puedes tener esa sensación, y también puede surgir con una persona adulta, pero no quiere decir que sea amor. Y de caridad se habla cuando se tiene un detalle de entrega, de servicio, con un necesitado. Has vivido la caridad con esa persona, pero no se puede decir que le quieras, y, desde luego, no que le ames.

Esta distinción entre los diversos términos es importante para no llevarse sorpresas. Es importante no olvidarse de lo esencial: no puede haber amor a la primera; hace falta tiempo. Deshacerse en entrega, en detalles de cariño, en intimidades en el primer momento, o en el segundo, es una irresponsabilidad notoria que solo lleva a disgustos.

Es importante aprender a amar. No es una cuestión sencilla porque es contraria al amor propio, tan frecuente en la vida de las personas.

Ángel Cabrero Ugarte