Apoteosis de lo infundado

 

El siglo XX fue un siglo de esplendida riqueza intelectual y de grandes e importantes aportaciones de filósofos, especialmente en Europa, en la primera mitad del siglo, como se puede observar en cualquier biblioteca y manual de historia reciente.

De hecho, también es de un gran interés descubrir las relaciones de estos pensadores con los grandes acontecimientos del siglo y de los encuentros y sinergias que desarrollaron entre sí. Por ejemplo, para conocer al filósofo liberal lituano inglés Isaiah Berlin (1909-1997), al que hemos mencionado repetidamente en este foro, es fundamental acudir a la lectura directa de la vida y de la obra del filósofo judío Lev Shestov (1866-1938), quien fue un brillante autor existencialista ruso exiliado en Paris, como lo había sido Berlin en Londres.

Shestov, en su época rusa, tanto en Moscú como Kiev, dedicó mucho tiempo al estudio de Nietzsche y dedicó varios libros a compararlo con los grandes literatos rusos Tolstoi y Dostoyevski. Precisamente en 1905, escribió esta Apoteosis de lo infundado, editado por primera vez en castellano en el 2015 y que deseamos comentar brevemente.

Posteriormente, en 1920, se exilió a Francia donde descubrió a Pascal y Plotino, y adentrándose en el estudio de las relaciones fe y razón, sustituyó a Kierkegaard por Nietzsche, de modo que pudo superar su oposición al idealismo alemán, aún a riesgo de explorar el subjetivismo como vía de conocimiento.

Su gran obra escrita en esa época es “Atenas y Jerusalén” (1937), publicada en Paris y que versará por extenso sobre las relaciones fe y razón, aunque critique la pérdida de libertad a la que, presumiblemente, conduce el racionalismo.

Finalmente, avanzará en el conocimiento del existencialismo a través de la fenomenología de Husserl, a quien conoció en 1926 y, además, de su mano, invitó a París a Heidegger.

El profesor Fernando Savater ha señalado que para Shestov el ser humano habita en este mundo como un prisionero de la necesidad y lo irremediable, sometido a la injusticia, al aplastamiento de los más débiles y finalmente a la fatalidad de la muerte... y que aspira a una libertad que, aún desconocida, se encuentra en la divinidad, en la posibilidad de una espiritualidad donde todo es posible.

Efectivamente, Shestov es todo lo opuesto a Spinoza y su panteísmo, y en cambio busca una religió o una espiritualidad más próxima a los pensamientos de Blas Pascal y en relación con Kierkegaard.

Precisamente, en “Apoteosis de lo infundado” intentará un trabajo adogmático, pues de entrada deseaba conservar “la libertad de pensamiento” (14), incluso a la hora de escoger un tema para escribir y no sentirse atado.  De hecho, el libro quedará articulado como fichas de pensamiento, al estilo de Pasca en sus “Pensamientos”, pero brillando a menor altura y carente de alma espiritual.

José Carlos Martín de la Hoz

Lev Shestov. Apoteosis de lo infundado, Hermida editores, Madrid 2015, 192  pp.