El sacerdote, escritor y periodista español José Miguel Pero-Sanz, director durante muchos años de la prestigiosa revista de información religiosa, Palabra, es autor de muchas biografías y otras obras de espiritualidad, como la biografía del Venerable Siervo de Dios Isidoro Zorzano o San Nicolás de Bari, etc.
Recientemente acaba de publicar, como fruto de tantos años de dirección espiritual de miles de personas y de sus lecturas, estudios y pensamientos, una sugerente guía de santidad para cristianos corrientes.
De hecho, comienza recordando el expresivo deseo de Jesús sobre sus discípulos: “No te pido que los saques del mundo, sino que preserves del mal” (Io 17,16). Este texto le da pie para desarrollar La exposición de la maravilla de la creación, del orden y de la armonía del universo, de las obras de arte, e incluso de la ciencia, de los inventos y desarrollos de la técnica (9-28).
El título del libro es propio de quienes desean unirse a Dios en los quehaceres ordinarios: Atenerse a la realidad, lo que expondrá largamente (29-42). Es muy importante, nos dirá, no soñar con cosas irrealizables, porque las tentaciones son las reales y sencillas (37), el apostolado es habitualmente con nuestros iguales; familiares y amigos (39) y los trabajos son los normales, sin mucho brillo (40).
Enseguida, nos recordará la predicación de san Josemaría, a quien san Juan Pablo II llamaba el santo de lo ordinario, “De que tú y yo nos portemos como Dios quiere, no lo olvides, dependen muchas cosas grandes” (Camino 755).
Con estos argumentos nos insistirá en Atenerse a la realidad que es corresponder a la gracia de Dios, a la llamada a santificarse hoy y ahora sin sueños, ni utopías, ni esperar otros horizontes más señeros. “Atinar con el propósito de Dios” (55).
De hecho tomando pie de palabras de san Josemaría nos dirá que La vocación divina: “es un fenómeno que comunica al trabajo un sentido de misión, que ennoblece y da valor a nuestra existencia” (63). Es por tanto el picapedrero quien hace una catedral (63).
Respecto al amor de Dios, subrayará las palabras que Santa Teresa de Calcuta escuchó en su oración el 10 de septiembre de 1946: “Hay algo que quiero que siempre recuerdes, y que nunca cambiara. Tengo sed de ti tal y como eres. No tienes que cambiar para creer en mi amor; tu confianza en ese Amor te hará cambiar” (123).
Un apartado fundamental del libro estará centrado en el capítulo dedicado al silencio (133-145): a la oración de meditación, de contemplación, de escucha, de oír a Dios después de desahogarnos, de entender su mensaje: mientas los judíos le increpaban, “Jesús callaba“ (Mt 26,63) .
Para terminar el libro se refiere a una realidad muy importante y fundamental: el Amor a la Iglesia va unido al amor a Jesucristo: como le dijo Jesús a San Pablo: ”Yo soy Jesús a quien tú persigues” (Act 9,5). No tiene sentido el amor a Dios pero no a la Iglesia.
La conclusión final del libro es seguir saboreando el padrenuestro como programa de santidad.
José Carlos Martín de la Hoz
José Miguel Pero-Sanz, Atenerse a la realidad, Palabra, Madrid 2017, 187 pp.