Bartimeo y la fe en el amor

 

La portada del libro que acaba de publicar el profesor José Granados García acerca del tratado de la teología de la creación, muestra el milagro portentoso de Jesús en la curación del ciego Bartimeo a la salida de Jericó (Mc 10, 46) a través de una fotografía de una hermosa escultura tomada de las catequesis de las puertas de una de las grandes catedrales europeas del medievo.

Precisamente, por ser tan expresivas en el camino de la fe son tan denostadas en estos tiempos por los beligerantes ateos franceses y musulmanes cooperantes en un intento de imponer su ideología a la eterna revelación cristiana que constituye desde hace milenios las raíces del país galo.

La escena del milagro de la curación de un ciego es expresiva de la teología de la creación, pues lo impresionante del manual es la minuciosa descripción del milagro realizado por Dios creador al sacar de la nada un mundo destinado al hombre, que es tan bello tan ordenado y tan decididamente entregado a los hombres a cada hombre para disfrutarlo.

Pasar de la ceguera a la visión, es en el caso de Bartimeo, como pasar de la muerte a la vida y de la vida terrenal a la vida celestial, pues quien está prendado de Jesucristo en este mundo ya no puede vivir sin Él por toda la eternidad.

Es muy importante tener fe en el amor y fe en el que nos ha traído el amor al mundo. “El hijo muy amado” (Mt 17, 7) era el único que podía lógicamente, al hacerse verdaderamente hombre como nosotros, enseñarnos a amar y sobre todo enseñarnos a volver al amor cuando la ceguera de los bienes de la tierra nos hayan engañado con sus señuelos.

El manual preparado por el profesor José Granados García, de la Universidad Pontificia de san Dámaso de Madrid y del Instituto Juan Pablo II para la familia de Roma, que presentamos brevemente, aporta muchas cuestiones, todas ellas llenas de gran densidad teológica, pero hemos de ser esencialistas y concentrarnos en el camino del amor que marcas este maestro universitario. El amor esponsal al que Dios ha invitado a cada uno de los hombres, es una alianza destinada a durar hasta la vida eterna, pues como nos recuerda el libro del Éxodo, Dios es superfidelísimo en el amor (Ex 34, 6).

Alianza y creación, son la expresión culminante de un amor inefable: “Entre creación y alianza, hay que situar el tiempo salvífico. Decir el nexo entre creación y alianza es imposible si no se tiene en cuenta la historia que les une. Solo pensando la creación como el inicio de una historia que las une. Solo pensando la creación como el inicio de una historia, mantenido en el tiempo, y la alianza como el culmen de esa historia, que conserva sus orígenes, es posible establecer la relación entre ambas. De este modo, como veremos más adelante, la alianza culminada en Pascua no solo ilumina qué es la creación, sino también qué es la providencia” (78).

José Carlos Martín de la Hoz

José Granados García, Teología de la Creación: de carne a gloria, ediciones Didaskalia, Madrid 2020, 544 pp.