Bergson y la intuición

 

Es muy interesante analizar, aunque sea someramente, el estudio que ha realizó el filósofo judío francés, Herni Bergson (1859-1941), acerca de la relación del conocimiento intelectual con la realidad de la intuición que se produce, como es sabido, en la vida de tantos hombres y mujeres en multitud de momentos y ocasiones de su vida.

Precisamente, esta cuestión ha sido puesta de relieve por el famoso pensador polaco Leszek Kolakowski (1927-2009), exiliado en Europa desde 1968, dentro de su biografía intelectual de Bergson, cuya reedición deseamos comentar, aunque sea brevemente.

Henri Bergson fue recibido en su tiempo, según nos dice documentadamente Kolakowski, como un libertador de los cientifistas y, por supuesto, de la “religión de la ciencia”, merced a una nueva metafísica creadora (19).

Para enmarcar la cuestión descenderemos al capítulo que dedica Leszek Kolakowski a tratar esta cuestión dentro del pensamiento de Bergson, cuando señalaba que: “que hay actos que nos dan acceso a la realidad y que, no obstante, no se ajustan a los procedimientos legitimados por la ciencia; ¿por qué deberíamos declararlos a priori vacíos desde el punto de vista cognitivo? La única razón es que no encajan en los propósitos para los que ha evolucionado la ciencia: no son útiles en el esfuerzo de la especie humana por incrementar su poder sobre la materia. Concluir, a partir de esto, que no sirven para aumentar el conocimiento presupone una definición arbitraria del conocimiento que somos libres de rechazar” (58).

Evidentemente, con estas apreciaciones tan contundente hay que empezar por bajar el tono del discurso. De hecho, nos matiza Leszek Kolakowski que Bergson “nunca propuso sustituir la investigación científica por una contemplación cuasimistica, ni sugirió que se puedan resolver los problemas de matemáticas o de fisiología sin necesidad de razonar y experimentar, solo con la intuición de la esencia del objeto. Siempre mostró respeto y humildad ante la ciencia. No obstante, intentó separar la investigación científica de las presuposiciones metafísicas ocultas en la manera en que esta se interpretaba, y alegó que las preguntas tradicionales, perfectamente válidas en sí mismas, no se pueden resolver con las herramientas que la razón analítica tiene a su disposición” (59).

Enseguida formula una breve aproximación a la intuición, con palabras literales del propio Bergson: “De forma precisa o difusa, la mente presta atención a la materia. Entonces, ¿cómo puede la mente seguir siendo inteligencia cuando se gira hacia ella misma? (…). En consecuencia, la intuición es la atención que la mente se presta a sí misma, además de la que presta a la materia, su objeto” (60).

Poco después añadirá Kolakowski: “Bergson creía que el enfoque intuitivo no era solo diferente sino ‘superior’ al analítico, sin duda no por lo que se refiere a su eficacia, sino por su aprehensión inmediata del objeto” (62).

José Carlos Martín de la Hoz

Leszek Kolakowski, Bergson, ed. Marbot, Barcelona 2019, 176 pp.