Carlos V. El emperador que reinó en España y América

El Académico Luis Suárez nos ofrece una síntesis muy personal de Carlos V, el español más poderoso de la historia. A la vez, nos señala un hombre de una sólida formación que tuvo que defender la fe por encima de sus intereses políticos o ambiciones. Como dice en el prefacio: "Nacido, criado y educado en Flandes, Carlos V se convertiría a los quince años de edad en el primer rey de Castilla, Aragón y Navarra. He ahí una de las muchas contradicciones que envuelven a la figura de uno de los monarcas  más relevantes de la historia de España y Europa. Hijo de Juana I de Castilla, a la que tendría décadas encerrada en Tordesillas, y nieto de Maximiliano de Habsburgo, de quien heredaría el título de Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, luchó incansablemente por dotar de cohesión los vastos territorios de su dominio, librándolos de los principios feudales de la edad Media, y buscando que imperara en ellos una unidad religiosa. Lo que le enfrentó a franceses. Otomanos y luteranos".

El motivo concreto de publicar esta obra, lo señala el autor en las primeras páginas del tratado: "Se cumplen ahora quinientos años desde aquel día en que una flota desviada del camino llevara a la ría de Villaviciosa a un adolescente vestido con los lujos de la moda de Borgoña que venía a tomar las riendas del poder que legalmente se hallaban en manos de su madre, Juana incapaz de ejercerlo por si misma dadas las condiciones mentales en que se movía. Ella no renunciaba a titularse reina –lo sería hasta su muerte, el 12 de abril de 1555-, pero había transferido sus poderes plenamente, primero a su padre Fernando, luego a su hijo Carlos. El joven ni siquiera hablaba entonces la lengua española" (5).

Suárez lo resume así: "Estamos en condiciones de trasladarnos al Museo del Prado para contemplar al fuerte emperador a caballo en la batalla de Mühlberg. Nadie podría suponer que poco tiempo antes aquel caballero pasará semanas en la cama enfermo de gota. Era el símbolo de aquel afortunado emperador que creía haber obtenido la victoria resolutiva sobre los luteranos devolviendo a Alemania su unidad. Intentamos, de forma subjetiva, penetrar en el pensamiento que se oculta bajo la brillante figura: Desde su infancia, de sus educadores erasmianos, comprobando luego la confianza recibida en España, él tenía la misión, encomendada por Dios, de defender la fe. Cuando esta conciencia terminó en un evidente fracaso, en Innsbruck, Carlos no vio mejor salida que refugiarse en uno de los más importantes monasterios jerónimos, Yuste, para pedir a Dios perdón por sus errores y alcanzar el fin esencial de una buena muerte" (76).

De temperamento sereno y noble aunque apasionado. Suárez reconoce que: "Cuando se casa con la bellísima Isabel, venida de Portugal, todas esas relaciones se suspenden. Para el historiador resulta sumamente significativo este paréntesis que tiene una consecuencia. Tras la muerte de la emperatriz, Carlos expresamente rechazó la idea de contraer nuevo matrimonio, lo que significa una novedad" (76).

 

José Carlos Martin de la Hoz

Luis Suárez. Carlos V. El emperador que reinó en España y América, ed. Ariel, Barcelona 2015, 318 pp.