Carta a un lector que empieza

 

Querido amigo:

En el supuesto de que quieras dedicar algún tiempo a la lectura te vas a encontrar con el problema de que anualmente se
publican miles de libros y vas a preguntarte qué leer. La respuesta más obvia es
que leas aquello que te guste y con lo que puedas aprender algo.

Existen tres tipos de lectores: El elector ocasional, el lector interesado y el lector
sistemático. Tienes que saber en qué grupo quieres integrarte. Al lector
ocasional le basta con un par de libros al año, libros que alguien le ha
recomendado o han caído en sus manos por regalo o préstamo. No tiene una
biblioteca y si la tiene está compuesta de obras no relacionadas entre sí.

Por el contrario el lector interesado valora la lectura e incluso se considera a sí mismo un lector
empedernido. Procura tener habitualmente algún libro empezado. Le gusta
comprarlos y también que se los regalen. En ocasiones ha comprado algún libro
que le parecía interesante y que no ha leído. Su biblioteca rebosa.

Ninguna de estas dos figuras: lector ocasional e interesado, tienen nada que ver con la literatura. Ésta corresponde
con la tercera categoría: el lector sistemático. Este actúa como si desease
leer todo lo que se ha publicado, lo cual es imposible. En consecuencia deberá
seguir su propia línea de lectura.

Formar una línea de lectura consiste en dejar que un libro te lleve a otro y que un autor te acerque a su colega.
Pongo un ejemplo:

Recientemente he leído el libro de Haruri Murakami "De qué hablo cuando hablo de correr". Al terminarlo me he quedado con ganas de
leer otras obras del mismo autor; supongamos que existen seis obras más de Murakami publicadas en español. En este libro el autor
trata sobre su nacimiento a la literatura y recomienda "El gran Gatsby" de Scott Fitzgerald. Ya lo he leído pero me hago el propósito de volver a hacerlo más despacio.

Ya tenemos siete libros pendientes en nuestra línea de lectura. Además Murakami explica que ha traducido la obra de Raymond
Chandler al japonés. Dejo a Chandler en la recámara para alguna ocasión.
Tratándose de novela negra no es necesario leer todas sus obras; bastarán dos o
tres. ¿Te das cuenta de cómo se forma la línea de lectura? De un libro han
salido otros diez posibles y me propongo leerlos sistemáticamente.

Pero no te asustes; ni siquiera te hagas demasiadas ilusiones. La línea se va a cortar en muchos de sus puntos. Es
posible que yo no encuentre más libros de Murakami y
la línea de ese autor se interrumpirá ahí. Por el contrario con Chandler es
posible que se alargue en función del tiempo que quiera dedicarle a esa lectura
de entretenimiento. Por supuesto puede ser que se interponga otro autor que me
apetezca más.

Tienes que partir de la base de que, ordinariamente, cada autor no tiene más de dos o tres obras representativas.
Por otra parte no todos los autores se van a ajustar a tus gustos y
preferencias. Los libros y autores que no se correspondan con tus intereses
elimínalos de tu biblioteca. Tu objetivo tiene que ser alcanzar una biblioteca
homogénea, en la que todos los libros te gusten.

Ahora que sabes lo que es una línea de lectura puedes preguntarte por dónde empezarla. Te respondo que lo primero
que nos mueve a leer es la curiosidad y que empieces por un libro que llame tu
atención. Busca sobre todo personajes o escenarios de los que hayas oído
hablar. No empieces con un libro grueso, ni con una colección de relatos que
suelen ser desiguales. Tampoco con un ensayo, por muy sugerente que te pueda
parecer su título, ya que estos son para especialistas y lectores avezados.

Empieza por un libro breve que dibuje personajes o ambientes que te atraigan, y
te deseo toda la suerte del mundo a la hora de explorar y seguir tu propia
línea de lectura.

Juan Ignacio Encabo Balbín.