Clásicos y modernos

 

No hace mucho, en la segunda parte de Memorias del estanque de Antonio Colinas, en la que reúne una serie de aforismos, me llamó la atención el siguiente texto: ¿Es el amor una hermosa utopía? A veces nos lo parece, por lo que hay en él tanto de plenitud como de dificultad, de desengaño o incluso de martirio para algunos. Por eso, hay que recordar que no hay amor si el ser humano no cree en él. Que se haga realidad aquello de que el que más entrega más recibe; a continuación, Colinas pone los ejemplos de san Juan de la Cruz y de Edith Stein (santa Teresa Benedicta de la Cruz), la carmelita conversa del judaísmo y asesinada en Auschwitz.

Por esos misteriosos avatares que a menudo nos suceden y sorprenden, a los pocos días de haberme topado con el texto que acabo de copiar, leí estos magníficos versos de Cervantes en su comedia caballeresca El laberinto de amor:

            Eso, amigo, es lo peor

            que lo veo en tus dolores:

            que adonde sobran temores

            hay siempre falta de amor.

            Si el amor en ti se enfría,

            cuesta se te hará la palma,

            grave tormenta la calma,

            noche oscura el claro día.

            Ama más, y verás luego

            esparcirse los nublados,

            todos tus males trocados

            en dulce paz y sosiego.

Cinco siglos separan ambos textos y, sin embargo, los dos nos ayuda a reflexionar y a pensar en nuestra propia conducta para mejorarla, los dos superan las limitaciones del espacio y del tiempo, para iluminarnos sobre lo esencial. Es la enriquecedora aportación de la buena literatura, del arte, de la música, cuando de verdad nos acercan a la verdad, al bien y a la belleza.

Algo parecido me pasó el pasado domingo 26 de junio por la mañana, al contemplar –en la magnífica exposición que se exhibe en el Palacio Real de Madrid– el cuadro de Caravaggio sobre el martirio de San Juan Bautista. El rostro de Salomé me causó un impacto difícil de expresar, como si el gran maestro italiano hubiera logrado plasmar con sus pinceles la intimidad de la joven, su conciencia, en la que parece que pugnan la indiferencia y la frialdad con el horror y el arrepentimiento.

 

Luis Ramoneda  

Antonio Colinas Memorias del estanque . Ed. Siruela, 2016. 399 pgs.