Cómo ser un estoico en el siglo XXI

 

Hay un interés manifiesto por parte de las grandes editoriales españolas para promover con sus libros la difusión de filosofías y religiones que atemperen los espíritus inquietos que han emigrado de un catolicismo mediocre y andan en la búsqueda de espiritualidad, paz y verdad que solo pueden proporcionar el conocimiento y el amor a la verdadera y definitiva revelación otorgada en Cristo Salvador.

Precisamente, el filósofo y ensayista romano Massimo Pigliucci ha decidido redactar un manual sencillo para que quienes deseen llenarse de la sabiduría de Epicteto (55-135) y de otros grandes escritores estoicos y puedan encontrar una verdadera y clara exposición para conocer cómo ser un verdadero estoico del siglo XXI.

La ventaja de este trabajo es que su autor es un verdadero especialista en la materia y, por tanto, no se dedica a fustigar el cristianismo o el luteranismo ni el islam, sino que se introduce en las coordenadas espacio temporales de los años previos al cristianismo y narra con gran lujo de detalles como era la vida y la doctrina de los más grandes estoicos de aquel período.

Indudablemente, recordar que un estóico es un hombre con preocupación social (11) que busca no solo una vida placentera, ordenada y serena sino una vida con un sentido pleno (13) que espera la muerte con serenidad (14) después de haber vivido y contemplado la obra de la creación que Dios ha realizado admirablemente (14).

Al afirmar que un estoico cree en el logos se está haciendo referencia a la naturaleza humana, es decir a la ley natural, puesto que el estoico sería como los deístas de la ilustración que reconocían un Dios o una divinidad pero que no intervenía más allá de las leyes de la naturaleza que gobiernan el universo y con quien el hombre no tiene relación directa (27).

Lógicamente, las afirmaciones que se van vertiendo en este libro vienen a ser como las ideas que ha superado la prueba del paso del tiempo y su eficacia (37) puesto que el estoico escribe para sí mismo (68). Las posibles pruebas de la existencia de ese ser lejano y desconocido se basan en las pruebas del orden de la causalidad, del “diseño”. Es decir, parten de los hechos visibles para llegar al Invisible (82).

Respecto al gobierno del mundo: “Tanto las figuras públicas como cada uno de nosotros tiene que cultivar la virtud y el carácter, pero también necesita seguir vigilante para que no naufrague el barco que dirigimos, ya sea todo un país o una vida privada, porque incluso una distracción momentánea y aparentemente inocua puede ser desastrosa. Y sobre todo tenemos que saber lo que vale nuestra integridad: si decidimos venderla, no debe ser barata” (105).

José Carlos Martín de la Hoz

Massimo Pigliucci, Cómo ser un estoico. Utilizar la filosofía antigua para vivir una vida moderna, Ariel, Barcelona 2023, 255 pp.