Creatividad humana

 

Los investigadores Anthony Brandt (Nueva York 1961) y David Eagleman (Nuevo México 1971) han redactado uno de los mejores tratados actuales acerca de emprendimiento, inversión y creatividad. Estamos ante un libro ágil, ilustrado, optimista y convincente acerca del futuro de la humanidad, a través de un completo trabajo sobre cómo se ha ido desarrollando la técnica y el arte que son las dos grandes facetas actuales de la creatividad humana.

Precisamente el título de este original trabajo, “la especie desbocada” alude al fenómeno de la inexplicable aceleración de la creatividad que, desde finales del siglo XIX hasta nuestros días, ha ido creciendo a una increíble velocidad, con un ritmo siempre creciente y sostenido.

Estamos, por tanto, ante un trabajo verdaderamente optimista y revelador, que conviene leer, pues si hemos avanzado tanto en diseño, en creación artística en telefonía móvil y robótica y en tantos campos de la vida humana, la pregunta es bastante obvia: ¿qué nos queda por desarrollar? ¿Por dónde va a discurrir el futuro? (16, 27, 29)

Lógicamente, una visión rápida de la bibliografía recomendada en este extenso trabajo, así como la procedencia de las abundantes y selectas imágenes que ilustran esta investigación, explican por sí solas que esa creatividad no es fruto solo de la suerte, sino que hay mucho trabajo detrás de cada éxito (200, 229).

Nuestros autores han decidido presentar algunas de las grandes líneas de fuerza del crecimiento en muchos órdenes de la vida humana, social y científica del siglo XX hasta nuestros días y han intentado encontrar lo que hay de común en tanta creatividad, desde la moda, la construcción, telefonía, comunicaciones, el mundo de internet, y un largo etcétera.

Efectivamente, una vez logradas esas raíces comunes, es fácil predecir que esto no para y que cada vez se alcanzarán más logros y en menos tiempo y de modo mas global, por la propia economía globalizada y las comunicaciones.

Estamos completamente de acuerdo con los autores en que si hay algo que puede parar este crecimiento “desbocado” es la educación y, especialmente, la universitaria (233), pues solo desarrollando la imaginación y la búsqueda de la verdad y del conocimiento de la sustancia de las cosas y el fondo de los problemas podremos avanzar y llevar a la práctica los avances y mantener la motivación (244).

En ese sentido, es capital hablar de la dignidad de la persona humana y su categoría universal: es decir, toda persona humana de todas las razas. Efectivamente, esto marca un límite necesario de la ciencia y del arte, pues todo lo que degrada la persona no es verdadero desarrollo ni verdadera creatividad, como ya dejó claro san Pablo VI en su famosa Encíclica “Populorum progressio” (26 de marzo de 1967), si ese desarrollo no es en servicio de la dignidad de la persona no es desarrollo es indignidad.

José Carlos Martín de la Hoz

Anthony Brandt y David Eagleman, La especie desbocada. Cómo la creatividad humana remodela el mundo, ediciones Anagrama Argumentos, Barcelona 2022, 364 pp.