Culturilla al estilo nuevo rico


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Name dropping
lang=ES-TRAD style='mso-ansi-language:ES-TRAD'> es una expresión inglesa que

identifica a aquellos que dejan caer nombres en la conversación para darse

importancia, o sea, eso de "me dijo en una ocasión el marqués de…". Eso es, sin

duda, un síntoma de vanidad y una total falta de etiqueta, algo muy propio del

"nuevo rico" o del "quiero y no puedo".


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style='mso-ansi-language:ES-TRAD'>Lamentablemente nuestro sistema educativo

parece diseñado por diletantes de la fortuna cultural. Nuestros alumnos,

normalmente a edades tan difíciles como la adolescencia, "aprenden" – en

realidad, memorizan – listas de nombres y títulos con una frivolidad

espectacular.


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style='mso-ansi-language:ES-TRAD'>Es muy frecuente que en el aprendizaje de la

literatura, española o universal (aunque ésta ahora casi no se deja ver en las

aulas), los alumnos "aprendan" una cronología, un marco social más o menos

pergeñado y una lista de autores, seguida de una lista más extensa aún de las

obras de esos mismos autores. El alumno debe decir con exactitud los títulos de

las obras y sus autores, como si fueran concursantes de alguna prueba estúpida

de la televisión. ¿Han leído los libros? No. ¿Conocen, si quiera, parte de las

obras que citan? Pues tampoco.


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style='mso-ansi-language:ES-TRAD'>Los alumnos no aprenden, almacenan datos, en

la mayoría de las ocasiones ni siquiera los más relevantes. El hombre formado –

leído, como se decía antaño – es capaz de citar autores y obras porque forman

parte de su propia experiencia vital como lector. Una vez asimilada una obra,

le gustará o no, pero será capaz de acercarse a ella críticamente, igual que a

su autor. En caso de duda, un manual de literatura le situará en el marco

social, le dará más información de cómo estudiar a ese autor o la dará pistas

de qué obras seguir leyendo. Ese es el itinerario correcto. Al adolescente

español se le dice lo contrario: empieza por el final a modo de atajo, memoriza

el manual y algún día, si quieres, y no aborreces la literatura, leerás alguna

de las obras que se te proponen, mientras tanto, quedarás muy bien en el examen

poniendo "como decía Valle-Inclán…", repitiendo así lo que decía en realidad el

autor del manual.


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style='mso-ansi-language:ES-TRAD'>Aprender es observar, concentrar la mirada de

nuestro de conocimiento en un punto y asimilarlo como experiencia para poder

sacar conclusiones propias, acertadas o no. El sistema educativo está creando

nuevos ricos de la cultura. Los alumnos compran sus conocimientos por metros,

como los nuevos ricos los libros para llenar las estanterías, con el único fin

de demostrar que han alcanzado la posición que la sociedad les exige. Qué

admiración me provoca ver que en algunos países aprenden su propia lengua

estudiando su literatura, asimilando sus formas, sus expresiones y pensando

sobre ellas. Mientras tanto, España pierde la oportunidad de que sus jóvenes experimenten

en carne propia lo que es aprender.


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Carlos

Segade

Profesor

del Centro Universitario Villanueva