Decía un eminente profesor universitario que en alemán hay un dicho lleno de sabiduría que rezaba: “el aire de la ciudad hace libre al hombre”. Verdaderamente tenía razón, como se puede comprobar fácticamente con un sencillo paseo por una gran ciudad cualquiera.
Respirar libertad es esencial para el ser humano, para quien pueda marcarse sus propios objetivos en la vida, decidir cuáles van a ser sus amores, sus proyectos, sus ilusiones sus fines y sus amistades. Puede aplicar libremente la educación recibida y labrarse un porvenir.
Asimismo, puede levantarse después de tropezar y caer y retomar el camino o cambiar de rumbo, pues la libertad como autodeterminación al bien requiere reflexión, meditación, búsqueda serena de la verdad y pedir consejo.
El profesor Patrick Deneen de la Universidad de Notre Dame realiza una crítica exhaustiva y pormenorizada al neoliberalismo mediante la cual consigue afianzar más la llamada opción por la libertad que hemos tomado, ahondar en nuestros amores y convicciones y seguir trabajando por construir un mundo libre y solidario que entregar a las siguientes generaciones.
La solución a los problemas que va planteando nuestro autor a lo largo de este extenso trabajo, se podría resumir en un principio claro y básico: más humanismo y más libertad (36).
Asimismo, debemos añadir que esto no deja de comprometernos en la tarea de enflaquecer el Estado para poder bajar la carga impositiva que cada vez ahoga más la libertad y escandaliza al descubrir los constantes casos de corrupción en el manejo de los fondos públicos Estamos en un “individualismo liberado y un estado controlador” (58).
Es lógico que las estructuras sociales, las asociaciones, fundaciones, entidades que dan solidez a la sociedad se retroalimenten con un buen sistema educativo, con perspectivas ilusionantes en el libre mercado, pues “el aire de la ciudad hace libre al hombre” (111).
Debemos anotar que los grandes informes sobre la educación en España arrojan como resultado una clase de profesores muy motivados, entusiasmados con la tarea frente a unos padres muy desmotivados y carentes de armas morales y formación para educar a sus hijos en casa por falta de valores personales y autodominio (112).
Indudablemente acierta nuestro autor con la descripción de la nueva aristocracia que dirige las grandes multinacionales, las grandes empresas y la vida económica y cultural que contrasta con la escasa categoría de quienes llevan la función pública. Verdaderamente, se debería exigir más nivel humano y profesional a los que deciden dejar ña vida profesional un tiempo para entregarse a la vida pública (169). La libertad sigue siendo la gran apuesta de futuro.
José Carlos Martín de la Hoz
Patrick Deneen, ¿Por qué ha fracasado el liberalismo? Rialp, Madrid 2025, 253 pp.