El alma del mundo

 

El filósofo e historiador de la religión, el ensayista francés Frédéric Lenoir, ha alcanzado con el libro que ahora presentamos un gran éxito pues ha vendido más de 200.000 ejemplares en Francia con un sencillo e interesante trabajo sobre la sabiduría en donde recoge algunos consejos interesantes para poder conocernos mejor y llevar una vida feliz.

Evidentemente, el tono de cuento es sincretista y, por tanto, no distingue entre religión revelada, ni tampoco entre una relación personal con Dios y una oración de meditación. Tampoco se menciona a Jesucristo, sino a un principio espiritual del que todo depende, que convoca, etc. Lógicamente, todo planteamiento religioso valdría lo mismo, incluso la panteista espinociana, dentro de los ocho sabios (la mitad mujeres).

La primera cuestión es que el mismo espíritu les convoca al monasterio tibetano, para que hablen se conozcan y concluyan que es más lo que les une que lo que les separa: “todos los que nos dedicamos a la espiritualidad bebemos del mismo manantial: el de la vida y el amor” (23).

Poco después, se concluye en la famosa historia sufí del elefante: “ninguna religión puede pretender que posee la totalidad de la Verdad, ya que ésta se ha fragmentado al manifestarse al mundo” (25).

Páginas después ante la tesitura de dejar un mensaje unificado a la siguiente generación la conclusión es la de buscar la sabiduría es decir la verdad y la luz. De modo que en vez de buscar un credo común, se trataría buscar caminos comunes que lleven a la felicidad (41), es decir al encuentro con el “alma del mundo” (46).

La cuestión se concreta en siete claves de la sabiduría que es de lo que tratará la segunda parte de la obra. En primer lugar, se tratará del “sentido de la vida humana” (49), y cada sabio lo explicará a su modo, dejando que el lector lo atribuya a uno u otro sin aclararlo. El católico lo representan las palabras de Jesús: “el que tenga sed venga a mí y beba” (Io 7,37) (55). Enseguida vendrá la segunda: la noble unión de cuerpo y alma del hombre (63). Verdaderamente es necesaria la prudencia (71) y la globalización del amor a Dios y a los demás (74). La tercera versa sobre la libertad (75): “la verdad os hará libres” (83). En cuarto lugar, se centrarán en el amor (89, un amor que nos abre al universo entero (96). La quinta se expresa como el jardín del alma: distinguir el bien del mal (99), es decir cultivar la humildad (107) y el espíritu de servicio (109). La sexta se denomina “el arte de vivir” (115), es decir atenerse al hoy y ahora (124). Finalmente, señalarán la última de las enseñanzas de los sabios: ”aceptar las cosas como son” (127). Aceptarnos como somos y pelear (127).

En la tercera parte, presenta la escena de un gran terremoto, tras el cual, el joven Lama Tenzin recorrería el mundo explicando los siete principios de la sabiduría. Es decir, una religión sin Dios habría logrado un mundo con una sola religión. Es decir, sin Jesucristo. La solución no convence pues sólo Dios colma el ansia de Dios.

José Carlos Martín de la Hoz

Frédéric Lenoir, El alma del mundo. Un relato inspirador sobre las claves fundamentales de la sabiduría universal, ediciones Ariel, Barcelona 2021, 158 pp.