El año de la fe



Benedicto XVI ha
convocado a la
Iglesia Católica y a todos los hombres que lo deseen, a vivir
un año de la fe que comenzará el 11 de octubre de
2012, en el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y
terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el 24 de noviembre
de 2013. También se conmemorará el 20 aniversario del catecismo de la Iglesia Católica .


Precisamente recuerda Benedicto XVI
como en 1967 tuvo lugar un año de la fe convocado por Pablo VI. Ese año concluyó "con
la Profesión
de fe del Pueblo de Dios, para testimoniar cómo los contenidos esenciales que
desde siglos constituyen el patrimonio de todos los creyentes tienen necesidad
de ser confirmados, comprendidos y profundizados de manera siempre nueva, con
el fin de dar un testimonio coherente en condiciones históricas distintas a las
del pasado
" (Porta fidei, n.4).


El Santo Padre, al comienzo de su
documento Porta fidei
con el que convoca este año de la fe, afirma: "«La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios
y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se
cruza ese umbral cuando la
Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por
la gracia que transforma
" (n. 1).


Entrar en la fe por el bautismo es
comenzar a recorrer un camino de intimidad con Jesucristo, un recorrido hasta la santidad. La fe, por
tanto, no puede quedarse en un contenido de ideas, en un bloque de doctrina.
Por eso señala el Papa: "No podemos dejar que la sal se vuelva sosa y
la luz permanezca oculta (cf. Mt
5, 13‑16). Como la samaritana, también el hombre actual puede sentir de
nuevo la necesidad de acercarse al pozo para escuchar a Jesús, que invita a
creer en él y a extraer el agua viva que mana de su fuente (cf.
Jn 4, 14). Debemos descubrir de nuevo el gusto de
alimentarnos con la Palabra
de Dios, transmitida fielmente por la Iglesia, y el Pan de la vida, ofrecido como
sustento a todos los que son sus discípulos (cf. Jn 6, 51)
". (n.3).


Inmediatamente muestra el Santo
Padre cómo es necesario que esa fe se expanda y llegue a muchas almas para
iluminarlas y darles una esperanza para sus vidas. "«Caritas Christi urget nos» (2 Co 5, 14): es
el amor de Cristo el que llena nuestros corazones y nos impulsa a evangelizar.
(…).La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se
recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo
" (n.7).


Finalmente el Santo Padre subraya
cómo el estudio del catecismo de la
Iglesia ayudará a profundizar en la fe, sólo se ama lo que se
conoce, y a explicar quién es Cristo y su doctrina salvadora a otras personas.


Buen momento estos días de verano
para leer ese catecismo con el sosiego y la calma del período estival.


 


 


José Carlos Martín
de la H
oz