Antonio Giménez Merino, coordinador de la edición del presente libro y Profesor titular de Filosofía del derecho de la Universidad de Barcelona, coordina asimismo el grupo de investigación “Isocratia” al que pertenecen los autores de este interesante trabajo. En esta ocasión presenta los “17 objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que componen la llamada Agenda 2030 aprobada por la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2015” (9).
El objetivo de erradicar la pobreza fue repristinado tras la crisis del 2008 que redujo la clase media drásticamente en Europa y envió directamente a muchos jóvenes a vivir del mileurismo. Además, la pandemia, todavía provocó la perdida de los ahorros de la clase media.
Efectivamente, las medidas de la agenda 2030 están destinadas a erradicar la pobreza en el mundo, o al menos, en el mundo occidental de modo escalonado, merced a políticas coordenadas y cogobernadas en la ONU.
Es muy interesante el plan de acción, la reconstrucción de iniciativas ya tomadas y finalmente, el grado de incertidumbre que el propio programa lleva dentro de sí para alcanzar los objetivos y marcar otros nuevos en la agenda del 2045 y así sucesivamente en otros proyectos comunes.
El trabajo coordinado por Antonio Giménez Merino es muy ambicioso y aclaratorio puesto que el clima de opinión pública ha sido muy adverso al programa desde el primer momento. Unos lo han juzgado de utópico y otros de marcarse objetivos independientemente de las ideologías y sin preguntar la opinión a los grupos de poder que crean opinión.
Es interesante que parta de una visión optimista de la naturaleza humana y de la libertad y que esté tan abierto a la globalización de la economía y de la Inteligencia artificial (21).
En realidad, la lectura de este trabajo actuaría como un manual de explicaciones de las ideas de fondo de la agenda 2030 y de que es posible erradicar en gran medida la pobreza, aunque, lógicamente, haya siempre un mínimo de desestructurados como ya afirmaba Jesús en el Evangelio: “pobres siempre tendréis con vosotros” (Mc 14,7), o como se suele decir: siempre hay un número de paro técnico.
Efectivamente es muy inteligente funcionar por capacidades y destrezas más que por meritocracias. Conocer a las personas y confiar en ellas hará más certera la distribución libre del trabajo (31). Finalmente, debemos referirnos al concepto de medición de los parámetros de la pobreza, “lo que no se mide, difícilmente es tenido en cuenta” (65).
José Carlos Martín de la Hoz
Antonio Giménez Merino, El derecho a no ser pobre en España, Trotta, Madrid 2025, 265 pp.