El Estado y los mercados

 

En la reciente obra del profesor de “Teoría política” de la Universidad de Buenos Aires, Luciano Nosetto, se contiene una interesante referencia al nacimiento y expansión de los mercados en Europa durante los orígenes del capitalismo que merece la pena detenerse para considerarla con cierto detenimiento. El marco del libro es la antropología del capitalismo que está en estrecha relación con el mercado.

En efecto, en la aportación de Calvino al espíritu del capitalismo, según Max Weber: “conviene desentenderse de todo expediente ultramundano y ocupar la mente en las cosas de este mundo (…). Al trabajar con disciplina y denuedo, el individuo responde a la llamada divina a desempeñar una profesión. Y, si ese trabajo redunda en un provecho económico, cabe suponer que el lucro obtenido es anticipación divina de una predestinación auspiciosa” (105-106).

Lógicamente, a esta interpretación apresurada por Max Weber, se podría responder con otra afirmación aventurada muy del estilo de la época: quizás podría significar que como se va a condenar Dios, quiere retribuir sus buenas obras con premios terrenos ya que no gozará de los eternos.

En cualquier caso, fuera de la teología ficción, la antropología de los orígenes del capitalismo apunta hoy día a la globalización del mercado europeo durante el siglo XVI, el incremento de las exportaciones a América que impulsaron la industria y el comercio en toda Europa y la transformación de los préstamos usurarios judíos por el préstamo en precario en grandes proporciones.

Indudablemente, aportó más a la antropología del capitalismo “la piadosa doctrina de Locke” pues “Dios ha puesto la creación en manos de los hombres, para que se sirvan de ella mediante el trabajo”. Es decir, lo que denomina Nosetto: “la consumación del individualismo posesivo” (106).

Enseguida añadirá nuestro autor la propuesta de Mandeville, en su “fábula de las abejas”, que escandalizó a los puritanos ingleses de su tiempo cuando afirmaba la aportación de los pecadores y deshonestos amantes del lujo al notable incremento de la economía de su tiempo: “solo los tontos se molestan por hacer una colmena grande y honesta” (108).

Finalmente, nuestro autor se adentra en los principios de la llamada ilustración escocesa con autores como Hume, Adam Smith y Ferguson, quienes apostaron por un capitalismo en plena libertad como resume la obra de Adam Smith “Teoría de los sentimientos morales” (109). En cualquier caso, digamos que “el autointerés” para Smith es tan sano como la generosidad con el prójimo (111). Finalmente, páginas después nos hablará de Hayek y nos dirá que a más Estado menos libertad (180).

José Carlos Martín de la Hoz

Luciano Nosetto, Autoridad y poder. Arqueología del estado, Editorial Las cuarenta, Buenos Aires 2023, 203 pp.