El exilio republicano en México



Este trabajo compilatorio reune
las ponencias y comunicaciones del Congreso realizado en la Universidad Autónoma
de México en 2010, en colaboración con diversas universidades española, bajo el
título de la Cátedra del exilio. Resumiremos seguidamente
las conclusiones más importantes.


Las
autoridades mexicanas recibieron con gran entusiasmo el establecimiento de la Segunda República
española, en la que vieron reafirmados los principios de la Revoloución
de 1910 y la
posterior Constitución de 1917. Los siguientes pasos que se
produjeron en España confirmaron esta visión: la reforma constituyente y los
primeros gobiernos republicanos, apertura de relaciones diplomáticas y el apoyo
de España a México para su entrada en la incipente
Sociedad de Naciones en septiembre de 1931 (pp. 38, 41).


Por
tanto, en los tiempos de Porfirio Díaz comenzó el apoyo a la República, frente a una
parte importante de la Colonia
española en México que estaba alineada frente al gobierno de la República (p.39). La
colonia española quedaba desde entonces dividida en dos partes y a ambas no se
les dejaba influir en la
Política mexicana (pp. 78-80).


La
decisión del Presidente Lázaro Cárdenas de acoger a los primeros exiliados
desde julio de 1936 (pp. 125 y ss), fue continuada con
el mismo entusiasmo por su sucesor Manuel Ávila. La defensa de la Segunda República
española apoyaba la defensa de la revolución mexicana (p.20).


Es
por tanto el México revolucionario de Porfirio el que recibe con entuasiasmo y apoyo a los exiliados (p. 18), lo que no
obsta para que controlen los fondos económicos que había traido
Indalecio Prieto desde España (pp. 188-190) y que servirán para la organización
del Gobierno de la república en el exilio (pp. 194-195) desde su constitución
en 1945 hasta su disolución en marzo de 1977 (p.139).


Desde
la llegada de los exiliados y su apoyo desde la Presidencia de la República se produce un
cambio de la visión de la denostada España Imperial (pp. 80 y ss), al descubrimiento y exaltación de las raíces comunes y
la identidad de ideales de democracía y precocupación social, separación Iglesia-Estado, laicismo
en la educación, anticlericalismo, etc (p.22, 116).


México
se alineó con Estados Unidos en la Segunda Guerra
Mundial en 1942 (p. 165 y ss), y
continuó apoyando a la Segunda República al impedir la entrada de España
en l a ONU en 1945, pues el gobierno de la Segunda República
tenía su sede allí.


La
parte final del libro reune varios trabajos en donde
resume las divisiones y tendencias de los socialistas en el exilio, desde el
pacto de Indalecio Prieto con D. Juan de Borbón (p.275), y da un repaso de la actuación de los
comunistas y anarquistas en el exilio. Finalmente, se abordan en algunos
trabajos la presencia del exilio durante la transición española hacia la
democracia.


Al ser un trabajo compilatorio de muchos y diversos
autores la valoración de los mismos es desigual, pero por las temáticas
abordadas resulta un aceptable trabajo de conjunto.


 


 


José Carlos Matín de la Hoz


 


 


M. C. SERRA PUCHE-J. F.
MEJÍA FLORES-C. SOLA AYAPE (eds), De la
posrevolución mexicana al exilio republicano español
, ed. fondo de
cultura económica, México 2011, 479 pp.