El fondo de la cuestión

 

En los trabajos relativos a la historia de la teología es siempre difícil encontrar autores que sean capaces de entrar realmente en el fondo de la cuestión o en la raíz del debate teológico, pues resulta habitualmente muy complejo reproducir las coordenadas espacio temporales y, sobre todo, las vivenciales que son las que más influyen en el propio razonamiento.

De hecho, volver al pasado y meterse en la mentalidad de los personajes históricos es realmente difícil. De ahí el interés de encontrar buenos autores y libros de historia de la teología o del pensamiento. De modo que animamos al lector a detenerse en la lectura y el comentario del trabajo del profesor Santiago Madrigal Terrazas, miembro de la Comisión de Relaciones interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española y profesor de teología ecuménica, en la Biblioteca de Autores Cristianos, que ha redactado un gran trabajo sobre el reformador Martín Lutero, pues en él ha logrado abordar cuestiones sutiles y complejas.

Deseamos ahora, detenerse en algunas de las que nos han parecido más clarificadoras, pues entre los temas que aborda, hay una enumeración de las principales cuestiones que la teología ecuménica ha logrado cambiar de signo llegando a importantes clarificaciones y, sobre todo a superar problemas de desconfianza.

El fondo de la cuestión a la que el profesor Madrigal ha logrado a discernir es la verdadera teología católica de la justificación, algo que resulta de gran interés, pues es hacer avanzar la profundización teológica del verdadero peso de la gratitud a Cristo, el Redentor y Salvador, pero a la vez nos ayuda a pensar en nuestra verdadera libertad para  poner ese algo de nuestro parte, que manifieste el auténtico amor, el del que realiza un paso de libertad, aunque sea aparentemente muy pequeño, pero es suficiente. Como lo resumía san Agustín: “Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti”.

Se entiende muy bien, que en ese camino de la profundización lo haya realizado de la mano de San Bernardo de Claraval, pues esa pista del santo francés lleva nada menos que a la clarificación: te ha perdonado Él a ti: la verdadera historia de Lutero (169).

Asimismo, es importante el resumen de Cayetano, pues como teólogo avezado resume la cuestión del Reformador: “Esto significa fundar una nueva Iglesia”. A lo que señalará Madrigal: “según la doctrina católica, la certeza de la salvación no se funda sobre la relación inmediata con Dios, sino sobre la pertenencia la institución de la Iglesia como mediadora de salvación. El dominico italiano había llegado a percibir que la insistencia unilateral del agustino alemán en la certeza de la salvación sacudía los pilares de la estructura sacramental de la Iglesia papal” (185). Es más: “Cayetano ha entrevisto que la doctrina de la justificación por la fe, asociada a la crítica de las indulgencias, representaba un cuestionamiento radical de la naturaleza teológica de la Iglesia como institución de salvación y del significado del ministerio eclesial que actúa en representación de Cristo” (186).

José Carlos Martín de la Hoz

Santiago Madrigal Terrazas, Lutero y la Reforma. Evangelio, justificación e Iglesia, ediciones BAC, Madrid 2019, 354 pp.